Migrantes cubanos viven en un campamento en el medio de la selva de Panamá, impedidos a continuar rumbo norte hacia Estados Unidos. Hacia el sueño americano.
En el campamento conviven 200 extranjeros, varados y aislados del mundo; un mundo de por sí aislado y separado, como consecuencia del coronavirus. Panamá, al igual que otros muchos países, tiene sus fronteras cerradas.
Normalmente, las fronteras están cerradas para los migrantes ilegales, así que no puede hablarse de un futuro prometedor para estos cubanos que hoy viven en la impenetrable selva del Darién, a unos 200 kilómetros al oeste de Ciudad de Panamá.
Allí se ubica el campamento bajo lonas o tiendas de campaña cercados por alambre. Conviven cubanos, haitianos y africanos, entre otros migrantes.
Los migrantes se quejan de estar tomando “agua del tanque”. En el reportaje de TV Martí , un migrante cubano dice que es un agua “que sale del río y la echan ahí”, pero el panel solar que debía purificarla está roto. En fin: no tienen acceso al agua potable.
Allí, aclara un haitiano para Radio y TV Martí, “llegan médicos todos los días. Los médicos le preguntan si tiene fiebre, si tienen dolor de garganta“.
Por doloroso que resulte saberlo, allí se encuentran no pocos niños y mujeres embarazadas. El campamento está bajo tutela del Servicio Nacional de Fronteras.
Expresa el reportaje que muchos tienen diarrea.
Gobierno de Panamá, conoce la situación y la estudia.
Desde mayo, el gobierno de Panamá puso en cuarentena a unas 90 personas que dieron positivo al coronavirus en el campamento.
Ahora, aseguran, el gobierno de Panamá pronto comenzará a construir un nuevo refugio con espacio para más de 500 personas.
Será sin dudas un campamento temporal; que no dependerá solo de la buena voluntad del gobierno de Panamá y de los países vecinos. En este mar de incertidumbres hay una variable que los tiene a todos detenidos; a todos en alerta.
Tiene un corto nombre, no es siquiera un ser humano, pero es un ser vivo. Un virus. Una enfermedad: la covid-19. Pequeña, solo visible a través de un microscopio, pero “ha sido capaz de frenar este flujo migratorio de personas que buscan nuevos y mejores horizontes,” como bien señala el periodista Ricardo Quintana para Televisión Martí.
por Roberto A.
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