No solo se ha visto por estos días un resurgir de puestos laborales, sino que se han aliviado los despidos, algo que parece lo mismo pero no lo es, y si esto es una señal de recuperación laboral bienvenida sea, junto a una recuperación en materia de salud pero, para que sea un all inclusive, solo falta que el sueño de “otro paquete” de estímulo económico por parte de Donald Trump se haga realidad.
Sí, Mr. President quiere otro paquete de ayuda, que en realidad endeuda aún más la economía pero, ¿acaso no estábamos peor hace 12 años y nos recuperamos? ¿Acaso la herencia de Barack Obama y estos cuatro años de Trump no habían acumulado suficiente como para darnos un lujo en medio de la tormenta? Las cifras hablan de que se había borrado toda la ganancia que Trump había acumulado, pero otro cheque de 1200 dólares es, ahora mismo, un salvavidas para muchos; para muchos que, como mi vecino Aroldo, llevan dos meses sin trabajar.
Carpe Diem (“aprovecha el día”), diría Aroldo si supiera latín, pero en su natal Mayajigua supongo solo aprendió a ordeñar vacas y alguna que otra tarea propia del campo.
Aroldo me da las gracias por las buenas noticias y dice que “ya era tiempo” que se saliera de este tormento, aun sin saber que el mercado laboral en EE.UU., luego de esos 40 millones de despidos, podría tardar años en recuperarse de los efectos del coronavirus.
Pese al positivo informe de empleo de mayo, el cual Aroldo me recuerda, el impacto en la economía y en los puestos laborales que ha provocado la covid-19 es brutal, por mucho que la tasa de despidos y desvinculaciones bajó a 5,9% en abril frente al máximo histórico de 7,6% en marzo.
Frente a 40 millones -por decir una cifra cerrada- ¿qué son esos 2,509 millones de trabajos “recuperados” tras el descenso de 20,7 millones que tan solo nos dejó el mes de abril? Muy poco.
Los datos divulgados aseveran que a pesar del rebounce (recuperación) en los empleos en mayo, podría pasar una década antes de que el mercado laboral se recomponga de todas las pérdidas de trabajos durante la recesión provocada por la pandemia.
Comenzar esta labor de recuperación le corresponderá a Trump, quien según indicó el lunes la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, estaría contemplando la posibilidad de otro paquete de ayuda económica para contrarrestar la crisis.
“Hay varias cosas que quiere [Trump], vacaciones fiscales fue una de ellas, porque eso beneficia directamente a los trabajadores de bajos ingresos”, aseguró la funcionaria.
A mediados de mayo se dijo que Mr. President tendría un par de cartas bajo la manga.
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Una de ellas era aplicar un recorte de 7,6% en el impuesto a los salarios (Payroll Tax), con el fin de ayudar a las familias tras el impacto ocasionado por la pandemia. A ello podría seguir una exención de impuestos sobre la nómina, una exclusión de ganancias de capital durante varios años y una deducción de impuestos por gastos comerciales en restaurantes, ideas factibles pero a la larga complejas de implementar.
Lo más fácil para lograr ahora mismo, teniendo en cuenta que republicanos y demócratas no parecen en estos últimos tiempos estar muy de acuerdo es, aprobar otro paquete de ayuda por el coronavirus. El mes pasado, la Cámara de Representantes -controlada por los demócratas- aprobó un proyecto de ley de ayuda de tres billones de dólares, pero Donald Trump prometió que vetaría la iniciativa si llegaba a sus manos.
Al parecer Trump quiere que las iniciativas salgan de su buró, o al menos de las mentes de sus asesores. Uno de ellos, Kevin Hassett, indicó en entrevista con la cadena CNBC que Trump vislumbra otro acuerdo de ayuda por coronavirus, aunque reconoció que la gallina de los huevos de oro no tiene mucho trigo del cual alimentarse. Sí, que de dónde se saca y no se mete…
Ya la economía está bastante contraída como para estos paquetes. Tan solo en el primer trimestre del año se contrajo un 4,8%.
La portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany asegura que el país marcha “por el camino correcto”, pero ahora mismo hay una grandísima duda.
¿La recuperación del coronavirus es real? Las bajas cifras dadas a conocer ayer de nuevos casos, la disminución de los límites de mortalidad hacen confiar que sí pero, y habrá que esperar entre 7 y 14 días para ello, mucha gente se encuentra dubitativa sobre el impacto que pudiera haber provocado en la salud de miles de norteamericanos las protestas masivas en no pocas ciudades del país por la muerte de George Floyd.
Aroldo me dice que “pá allá pá allá” con esos vaticinios; me califica de “pájaro de mal agüero”, aunque en el fondo él sabe que tanto yo como él, somos apenas una hoja que mueve el viento en eso que llaman “mercado laboral” o “economía”.
por Roberto A.