La devoción del perro y su dolor están documentadas. Estuvo allí durante varios días, y hasta rechazó la comida y el agua que le brindaron.
¡El mejor amigo del hombre! La fidelidad de los perros a sus amos está fuera de toda discusión, y este perro en China lo corrobora: permaneció durante varios días en el puente donde su dueño se suicidó.
Las imágenes son desoladoras y conmueven hasta el dolor. En una de ellas se aprecia al perro mirando al agua, lugar donde seguramente cayó su dueño y al que él nunca más volvió a ver. Sin embargo, conserva la esperanza allí, echado en el suelo.
Dice un diario chino que varios residentes le llevaron comida y agua al animal durante cuatro días pero este siempre rechazó la ayuda.
El suceso ocurrió en un puente sobre el cauce del río Yangtsé en la ciudad de Wuhan. Según los informes, el perro se encontraba con su amo el pasado 1 de junio cuando este se lanzó al agua y se suicidó.
“Pedimos a los oficiales revisar que es lo que pasó exactamente. Estaba todo realmente oscuro, no pudimos ver mucho en las cámaras de seguridad. Vimos que una persona saltó desde el puente”, explicaba el director de la Asociación de la Protección de Animales Pequeños de Wuhan, Du Fan.
Los diarios refieren que el 5 de junio un residente local, que responde al nombre de Xu, dolido por el sufrimiento del animal intentó adoptar al perro, pero el animal huyó de su auto y todavía no ha sido encontrado. Seguramente está buscando el puente para regresar allí, donde su amo lo dejó.
Historias como estas siempre resultan de impacto, pues muestran el grado de cariño y comprometimiento al que puede llegar un can en su relación con los seres humanos.
Recientemente en nuestro blog publicamos la historia de un hombre que perdió a su perro y que lo encontró mucho tiempo después. Las imágenes del reencuentro se viralizaron en Internet. Habían pasado ya años desde el último encuentro, y el animal al principio parecía confundido, luego empezó a dar brincos y muestras de alegría.
También recientemente se viralizó en internet la historia de Baldomera, una burra que estuvo dos meses separada de su dueño, en España, debido al coronavirus, y al reencontrarse con él su rebuzno parece un llanto. El dueño, por supuesto, también lloró.
Y es que la unión afectiva entre los animales amaestrados y sus dueños es absolutamente genial.
por Roberto A.
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