La compañía Marriott International deberá abandonar Cuba antes del 31 de agosto, reveló hace apenas unos minutos la corresponsal de Reuters en La Habana, Sarah Marsh.
De acuerdo con la información de la agencia, el gobierno estadounidense no le renovará los permisos de su estancia en Cuba y deberá marcharse dentro de 86 días.
El operador del hotel Four Points Sheraton en La Habana recibió el aviso desde Washington, en lo que supone un apretón de tuerca más, por parte de la administración estadounidense a las desvencijadas arcas del gobierno cubano.
**EXCLUSIVE** #Marriott International, the only U.S. company to run a hotel in #Cuba, the Four Points Sheraton in Havana, told Reuters it had been ordered by the #Trump administration to wind down its operations by August 31.
— Sarah Marsh (@reuterssarah) June 5, 2020
Marriott es la única operadora norteamericana en el sector turístico de la isla, gracias a una licencia que le fue otorgada en el año 2016 por el gobierno de Barack Obama. Fue Obama quien restableció vínculos diplomáticos con Cuba en diciembre del 2014; lazos que habían quedado interrumpidos en 1961.
Con esta medida se refuerza el embargo contra el país caribeño, una política que ya tiene seis décadas.
De acuerdo con la agencia de noticias Reuters, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos también informó a la compañía que “no se le permitiría abrir otros hoteles en Cuba que se hayan estado preparando”, una referencia clara a sus intenciones de expandirse en la isla.
En junio de 2016 se hicieron de la administración del Hotel Quinta Avenida, en Miramar, convertido ahora en el Four Seasons Sheraton Habana, y luego en 2018 pasaron a operar también el Hotel Inglaterra, en una de las zonas turísticas de mayor demanda de la capital cubana.
La firma estadounidense Starwood, absorbida posteriormente por Marriott, comenzó en marzo de 2016 la gestión del hotel Quinta Avenida, convertido en el Four Points Sheraton.
La medida llega menos de 24 horas después que el Secretario de Estado, Mike Pompeo, declarara las sanciones de rigor a otras seis empresas cubanas, entre ellas Fincimex, encargada de gestionar en la isla las llamadas “remesas” que desde EE.UU. se envían a través de las Western Union.
Numerosos propietarios de arrendamientos declararon ayer que esta medida es un golpe muy duro para ellos, y contradice declaraciones hechas por el senador Marco Rubio, quien en el 2019 aseguró que las medidas que se tomarían contra Cuba no afectarían el sector privado.
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