La PNR en Ciego de Ávila encontró, escondidas en una finca, 31 mil libras de plátano.
Escondidas en una finca, camufladas con gajos de arbustos en el suelo y sobre carretas, 31 mil libras de plátano fueron halladas por fuerzas de la PNR en el municipio Ciro Redondo, de la provincia de Ciego de Ávila.
Fue gracias a “un aviso de la población” que la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) llegó al lugar de los hechos, y allí en la finca Quinito Méndez, ubicada en la comunidad Las Marías, encontraron el alijo: una gran cantidad de plátano vianda que al parecer iba a tener “otros usos”, según señala el diario oficialista Trabajadores.
Las fuerzas policiales encontraron allí, además, un camión del sector particular, dos tractores, dos carretas y un remolque o trailer, cuyos medios y propietarios se encuentran en proceso de investigación. También el propietario de esas tierras, será procesado por los Tribunales Populares, dijo la PNR.
Las 31 mil 634 libras de plátano vianda ocupadas fueron destinadas a la alimentación del pueblo, y se descargaron sobre camiones gracias al apoyo de trabajadores de acopio.
También en la comunidad La Cabrera se hallaron múltiples racimos de bananos en la vivienda de un transportista privado, informó el capitán Adalberto Expósito Quintá, instructor penal que atendió el caso.
A todo esto, dice el diario Invasor, se le hace frente porque, la PNR no permite que se juegue con la comida del pueblo.
Son notorios por estos días los casos donde la PNR cubana se ha visto en la televisión cubana mostrándose eficiente y preocupada porque los alimentos a la población no sean desviados y caigan en manos de personas inescrupulosas, revendedores y acaparadores.
Sin embargo, nada muestra la TV Nacional, y no sabemos si la PNR y la Justicia actúan contra los “de cuello blanco”.
Son especialmente rápidos, tanto los policías como los periodistas y reporteros del Sistema Informativo, en mostrar a estos particulares que cometen determinadas fechorías pero, cuando por culpa de un funcionario o burócrata, se echan a perder toneladas de mango, tomates, guayabas y piñas, nadie aparece sancionado.
Lo más triste de todo es que, si resultan sancionados, las sanciones son tan ridículas que, luego de tres, seis o nueve meses, los volvemos a ver al frente de otra tarea en la que, seguramente, volverán a hacer de las suyas, y otra vez “se perderán” cientos de libras, cientos de cajas, sin que la PNR jamás sepa nunca que allí, también se juega con la comida del pueblo.
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