En tan solo 15 temporadas sumaron entre los dos más de 650 bambinazos y remolcaron más de 2 mil carreras. ¿Pedro José Rodríguez o Romelio Martínez?
Dos grandes sluggers llegan hoy a la sección de comparaciones beisboleras. No se puede hablar de los mayores jonroneros que han pasado por las Series Nacionales sin mencionar a estos dos toleteros de alto calibre que marcaron una época en el béisbol cubano. ¿Eres más de Pedro José Rodríguez o de Romelio Martínez?
Ambos corpulentos, de muñecas prodigiosas y “golfeadores” de pelotas, se convirtieron en el terror de los lanzadores por su swing poderoso y por la asombrosa frecuencia con que sacaban la esférica del parque en todos los torneos en los que participaban.
En tan solo 15 temporadas sumaron entre los dos más de 650 bambinazos y remolcaron más de 2 mil carreras. Nadie sabe hasta dónde hubieran podido llegar si no se hubieran retirado de los terrenos de juego de una forma tan prematura.
“El señor jonrón”: Pedro José Rodríguez
Un cuarto bate por excelencia. Jamás nadie pudo desplazarlo de ese turno en la alineación durante toda su carrera deportiva. Fue el hombre de los cuadrangulares kilométricos y oportunos en una era dorada de la pelota cubana cuando abundaban grandes jonroneros por toda la isla.
En 4 mil 171 veces oficiales al cajón de bateo, desapareció 286 pelotas y remolcó 969 carreras a pesar de jugar varios años con bate de madera y bola de poco bote, ganándose el calificativo de “Señor jonrón”.
Decidió la Selectiva de 1978 a favor de su equipo de Las Villas con uno de sus batazos de vuelta completa, para llegar a 28 en solo 60 partidos e implantar un nuevo récord en ese momento para eventos del patio.
Ese mismo año llegó a compilar 68 de esos cuatroesquinazos, al sumársele los dados en la Serie Nacional y en los eventos internacionales en los que participó.
“Cheíto”, como era conocido por amigos y aficionados, fue además el jugador más joven en arribar a la marca de mil imparables y el que menos campañas necesitó para lograrlo, igualando a su compañero de equipo Pedro Jova.
En la memoria quedarán muchas de sus largas conexiones para decidir desafíos en torneos internacionales, como el conectado contra el equipo de Estados Unidos en el Mundial de Italia 1978 y los dos de la Copa Intercontinental de La Habana, frente a la misma selección nacional.
Cuando se retiró del deporte activo era el primero en frecuencia de impulsadas, segundo en jonrones, cuarto en carreras impulsadas, quinto en extrabases y sexto en slugging.
“El mulo de Bejucal”: Romelio Martínez
Increíble el legado que dejó este fornido toletero en los terrenos cubanos con la fuerza de sus muñecas. Conectar 370 cuadrangulares en apenas 4 mil 752 veces al bate (uno cada 12.8 turnos), es una tremenda hazaña que nadie ha podido superar en el béisbol de la isla.
Promedió para 270 de average y conectó mil 289 incogibles, entre ellos 174 dobles y 6 triples, además de impulsar mil 55 carreras para el plato, con una frecuencia impresionante de una cada 4.5 apariciones al rectángulo de bateo.
Otro de sus récords, fue el liderato en OPS en una Serie Nacional con 1816, el más alto jamás logrado por bateador alguno en toda la historia.
Las dimensiones de sus batazos se han convertido con el tiempo en leyendas urbanas y a pesar de todo ese currículo de lujo se le hizo esquiva la integración de equipos nacionales durante su carrera.
Aprovechó al máximo las pocas oportunidades que tuvo de vestir los colores de Cuba: se llevó la triple corona de bateo en el torneo interpuertos de Rotterdan en 1987, y promedió para 409 en los Juegos Panamericano de La Habana 1991.
A los 52 años de edad, falleció en la capital cubana de un paro cardiaco. Era el 17 de diciembre de 2017.
Roque Díaz