Centenares de migrantes irregulares sufren la amenaza de la COVID-19 mientras permanecen en malas condiciones en las Estaciones de Recepción Migratoria La Peñita y Laja Blanca, en la conocida provincia panameña de Darién, y ante las críticas, el gobierno de ese país respondió que intentará ayudarlos a cruzar sus fronteras.
Hay varios cubanos varados en Panamá entre los cerca de 2000 migrantes irregulares que se agrupan allí, en espera de seguir su camino rumbo a Costa Rica, en campamentos con una capacidad para menos de 500, según reseña AFP.
“Estamos tratando de resolver su situación de salud, seguridad y su permanencia en el lugar y cómo ayudarlos a cruzar nuestras fronteras, garantizando la salud de la población”, dijo el viceministro panameño de Salud, Luis Francisco Sucre, en un comunicado, citado por la agencia de noticias.
Además de los cubanos varados, entre las personas se encuentran nativos de Haití, Bangladés, Nepal, Congo, Camerún y la India, quienes llegan a ese punto después de cruzar la frontera desde Colombia por la selva del Darién, y las autoridades temen por su salud ante la amenaza de la pandemia.
Por esta razón, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) pidió al país del Istmo que les garantice el derecho a la salud sin discriminación, y que “adopte todas las medidas adecuadas para proteger efectivamente los derechos a la salud, integridad personal y vida de las personas que se encuentran en las Estaciones de Recepción Migratoria La Peñita y Laja Blanca”.
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A mediados de abril se reportaba unos 50 migrantes en aislamiento por posible sospecha, pero ya se habla de casos positivos, pues el 14 de mayo pasado había 43 migrantes contagiados de los cuales 41 permanecían en la sede de Lajas Blanca en Darién, mientras unos 119 estaban en cuarentena por contacto, informó la Estrella de Panamá.
Según explica el propio diario, “los campamentos de migrantes en su mayoría carecen de condiciones de salubridad: falta de agua, servicios y hay hacimiento, óptimas condiciones para la propagación de contagioso virus”.
Las cifras del Servicio Nacional de Migración de Panamá indican que entre 2010 y 2018 cruzaron la selva del Darién unos 87,191 migrantes, de los cuales la gran mayoría eran cubanos (41,358), por delante de haitianos (17,179) y nepalíes (8,067), aunque los primeros han disminuido considerablemente desde entonces hasta la fecha.
Muchos a sus familias o vendieron todo lo que poseían para emprender este camino repleto de obstáculos. Entre estos casos, el diario El Tiempo recuerda la increíble historia de un cubano que la atravesó con muletas.
Con los pasos fronterizos cerrados por la pandemia, los migrantes irregulares quedaron varados y a merced de la escasez y los problemas de salud, sin la posibilidad de continuar viaje hacia el norte.
Julio Linares
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