Falta mucho por saber, y si ayudó o no el VA-MENGOC-BC en la baja tasa de mortalidad y en el alto por ciento de pacientes recuperados en Cuba por covid-19.

Un estudio realizado a inicios del brote de la pandemia sugirió que la covid-19 pudiera presentarse en mayor caso en el número de pacientes que no estaban vacunados contra la gripe. En el caso de Cuba, se habla del uso de un medicamento “añejo”: la vacuna cubana VA-MENGOC-BC.

Aunque oficialmente no hemos podido obtener información, de manera “extraoficial” nos llega que existe júbilo, entre la familia del Finlay, desarrollador de esta vacuna, por su aporte como granito de arena a la lucha contra la pandemia del coronavirus.

Se trata de una vacuna que originalmente se concibió contra la enfermedad meningocócica, pero que por estos días demuestra -dicen- que no es un producto obsoleto, y con miles de oportunidades.


Conceptualmente, se trata de un medicamento “hecho a la medida” contra la meningitis. Sin embargo, desde el comienzo del desarrollo de la vacuna, se consideró la expresión de antígenos de reacción cruzada que inducirían protección no solo contra las cepas homólogas, sino también contra las heterólogas. La vacuna y su tecnología de proteoliposomas han tenido un impacto y continúan teniendo potencial, no solo para la enfermedad meningocócica, sino también para el desarrollo de otras vacunas y adyuvantes.

Se trata de la vacuna más eficaz a nivel mundial contra la enfermedad meningocócica por más de 30 años, tiempo en el que ha mostrado su insuperable efectividad al disminuir la incidencia del padecimiento por debajo de los 0,1 por cada 100 mil habitantes en Cuba.

La vacuna cubana VA-MENGOC-BC ha demostrado, como mínimo, un 75 por ciento de efectividad en estudios realizados fuera de la isla y, hasta un 83 por ciento de efectividad en estudios realizados dentro de Cuba. Tanto la vacuna VA-MENGOC-BC como la gamma globulina hiperinmune se hallan patentadas en Cuba desde el año 1987 y en los Estados Unidos desde los años 1997 y 1998, respectivamente.

Cuánto falta por saber y sí ayudó o no el VA-MENGOC-BC en la baja tasa de mortalidad y en el alto por ciento de pacientes recuperados en Cuba por covid-19, será quizás tema de análisis más adelante, cuando se divulgue un análisis más detallado del tema.

Por ahora, parece ser, que todo “nace” de un estudio de observación hecho en Portugal. El biólogo cubano Amílcar Pérez señala vía chat que hace tres meses un grupo de científicos observó que allí, donde la vacunación con la BCG se mantiene, había menos letalidad que en países como Italia y España, donde es opcional la vacuna. El estudio se basaba en diferencias, pero nadie puede afirmar que sea por esto; así y todo es un aspecto a tener en cuenta, para análisis posteriores.

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