Parte del éxito en la batalla de este cubano contra el coronavirus se debe a su hija, quien pidió ayuda en las redes para él.
Un cubano, que permaneció un mes y medio conectado a un respirador en una Unidad de Cuidados Intensivos, logró finalmente superar la enfermedad del coronavirus y ya se encuentra de regreso en su casa.
El caso de Carlos Amador, residente en Sunny Isles Beach, en el condado de Miami-Dade, se hizo muy conocido entre los cubanos a mediados de abril cuando su hija apareció en las redes sociales pidiendo desesperadamente ayuda para la cura de este hombre.
Su hija Nikole fue más que convincente cuando pidió entre lágrimas plasma de un recuperado para salvar la vida de Carlos. Tan convincente que la viralidad de su grito hizo eco en los medios, que la entrevistaron para conocer más del caso, contribuyendo aún más a saber la situación en que se encontraba el padre de la chica.
“Él es mi héroe, mi mejor amigo”, dijo la adolescente, y su clamor fue más que efectivo.
Según un reporte del canal Univisión, Amador, de 49 años, se encuentra bajo un plan cardiorespiratorio estricto, enfocado en reforzar la capacidad de sus pulmones, que resultaron severamente dañados por la pandemia. Los médicos aseguran que demorará un tiempo, entre hoy y que Amador pueda volver a la normalidad.
Pero, está vivo. Vivito y coleando, luego de que su hija se enterara de la existencia del tratamiento de plasma por ese entonces aún no tan conocido, y pidiera ayuda para su padre.
La plasmoterapia
El método, impulsado en los Estados Unidos por un médico cubano, el espirituano Arturo Casadevall, consiste en el uso del plasma de pacientes recuperados de coronavirus, en los enfermos. Este plasma posee los anticuerpos resistentes al coronavirus y están ayudando a curar a las personas que se encuentran en estado grave.
El método no fue descubierto por Casadevall. Se hizo así desde inicios del siglo XX, específicamente en el año 1918 cuando la llamada “gripe española”. Más recientemente se usó en África, durante la crisis del ébola, con excelentes resultados también.
El método “consiste en obtener sangre de donantes que sobrevivieron al COVID-19 y aislar el plasma -la parte que contiene anticuerpos, pero no glóbulos rojos- para trasfundirlo a los pacientes más necesitados y evitar la congestión en las salas de terapia intensiva”, explicó un artículo publicado en la revista Nature.
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