Aunque el blog del MININT en la República de Cuba dio quinientas vueltas para ilustrar a los lectores sobre lo que ellos llaman “sagrada misión” que tienen los “jóvenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior” en medio de la pandemia del covid-19, finalmente terminaron reconociendo lo que todo el mundo sabe: que las personas en Cuba tienen que salir a la calle para resolver sus alimentos y artículos de primera necesidad; y que ellos, a veces, tienen que ejercer la fuerza bruta.
El portal habla de que cuidar al pueblo, es la misión más importante. Dice que en el país se ha incrementado la vigilancia y el patrullaje, pero ese patrullaje en las calles, ese “hacer cumplir lo dispuesto por el país para vencer a la COVID-19”; el deambular “al alba, a pleno punto del mediodía y hasta en las noches, cuando muchos ni perciben que les cuidan el sueño”; y esa presencia “habitual en las puertas de los comercios,” tiene una explicación. La crisis económica que afecta al país y a los valores de algunas personas.
El MININT dice que sus agentes trabajan “desde el respeto y la cordialidad en que los ha educado la Revolución” pero no deja pasar por alto la justificación para que estén en las calles, alegando que “muchas voces en el pueblo claman más rigor, multas, o fuertes reprimendas contra quienes infringen el orden establecido para esta situación excepcional”, aunque el pueblo no tolera sus abusos, muchos de ellos expuestos por estos días a través de las redes sociales. El mismo pueblo que indisciplinadamente viola normas del sentido común y el respeto hacia su propia integridad física. El pueblo que a veces arriesga su salud, por un paquete de pollo. O por un pomo de champú.
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Ya la idea se resumía en días anteriores aquí. Un país educado en el respeto no necesitaría tantos agentes del orden, no que estos se ufanen de su “buena actitud” a cada rato.
La situación en Cienfuegos
No es la única provincia del país, pero nos consta que la prensa cienfueguera reiteradamente ha hecho alusión al fenómeno de los revendedores y coleros; y de los violadores de precios.
Desde allí, el Teniente Coronel Alexander Ávalos Jorge, Jefe de Operaciones del MININT en la provincia dice que los oficiales bajo su mando – y manto – “insisten siempre en educar, sin perder el sentido de su principal misión: persuadir al pueblo para que adquiera percepción de riesgo, algo que todavía está difícil de alcanzar.” Al parecer no lo han logrado del todo, y las imágenes divulgadas esta mañana por el portal de la Presidencia del Gobierno en la provincia lo corroboran.
El exceso de confianza, justo cuando parece que empezamos a ganarle la batalla a la COVID-19, puede ser muy peligroso. Así el Boulevard de #Cienfuegos hace unos minutos 👉https://t.co/JtRrMNo43G pic.twitter.com/9UNzOgzqOL
— Cienfuegos Encanta (@200Cienfuegos) May 19, 2020
Ávalos Jorge insiste en que ellos le orientan “a la tropa”, dirigirse siempre con buenos modales al ciudadano, pero reconocen que a menudo se encuentran en la calle con una persona mayor de sesenta años o una embarazada, gente “que todavía deciden salir a retar al virus.”
«Hemos encontrado hasta reincidentes, muchas veces porque no les queda de otra y deben salir,», explicó Magdiel Pérez González, joven del batallón de Tropas Especiales.
Ante tal situación, con la crisis económica perenne, y el problema alimentario dentro de los hogares, no parece que estas personas, muchos de los cuales viven solos, tengan otra vía que no sea jugar a esa especie de ruleta rusa. Que un agente del MININT los obligue a salir de una cola, o no hacerla, y prohibirle el acceso a un artículo de primera necesidad, es un problema mayor.
Así lo reconoce Dariel Toyos Marrero, Primer Teniente del Batallón de Prevención de la provincia, cuando expresa: «El trabajo con los civiles es muy difícil».
«Estamos enfrentando situaciones muy difíciles, sobre todo cuando entra el pollo o el aceite a las tiendas. Nos toca llevar a conciencia de las personas que deben mantener la calma y la distancia de metro y medio entre ellos. Tratamos siempre de persuadir, pero cuando es necesaria otra medida la tomamos porque lo importante es cuidar al pueblo a toda costa», enfatizó Marrero.
«A veces no quieren entender, o no les conviene, e insisten en una conducta incorrecta. En esos casos no dudamos en conducirlos a la unidad, donde son multados por no obedecer», manifestó el Sargento de Primera José Rolando Hernández González, perteneciente al Batallón de Tropas Especiales de Cienfuegos.
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