Le dieron un toque artístico a la acción de atrapar pelotas sobre el campo de juego: ¿Eduardo Paret o Germán Mesa?
Hoy llega a esta sección la madre de todas las comparaciones beisboleras, la que más pasiones despierta entre los aficionados a este deporte y la que no puede faltar en esta serie de trabajos, no obstante las innumerables ocasiones que se haya retomado en sitios digitales o peñas deportivas: ¿Eduardo Paret o Germán Mesa?
Dos figuras casi mitológicas que oxigenaron al béisbol y que le dieron un toque artístico a la acción de atrapar pelotas sobre el campo de juego. Ambos con una capacidad innata para atraer multitudes a los estadios, se colocaron en la cima histórica de esta posición en Series Nacionales, a pesar de muchos peloteros de calidad que han pasado por ella durante sesenta años.
“El torpedo naranja”, Eduardo Paret
El mérito de este villaclareño siempre estuvo en crear un ritmo y un balance perfecto entre sus habilidades defensivas y ofensivas. Integral en el campo, fue provisto de manos prodigiosas y herramientas para producir con efectividad en el cajón de bateo.
Solo erró 261 veces en 9 mil 223 lances durante sus 21 temporadas en los campeonatos nacionales, para un promedio de 972, excelente para un defensor de esa posición, mientras dejaba para la posteridad un archivo repleto de grandes y oportunas jugadas.
A la ofensiva sacó 139 pelotas del parque durante toda su vida, impulsó 690 carreras y concluyó con un average ofensivo de 293, además de estafar 474 bases en 686 intentos y recibir 1061 bases por bolas, nada despreciable para alguien que casi siempre ocupó el primer turno en la alineación.
Con sus Leopardos ganó tres títulos nacionales (de forma consecutiva) y con el equipo nacional logró dos medallas olímpicas (Atlanta 1996 y en Atenas 2004). Fue elegido por la IBAF como el mejor jugador de béisbol del mundo en 2005 y en el Campeonato Mundial de ese mismo año ganó el premio al jugador más valioso del evento (MVP).
En total participó en tres olimpiadas, dos clásicos mundiales, seis Campeonatos Mundiales, tres Juegos Panamericanos y tres Centroamericanos.
“El mago”, Germán Mesa
El éxito de este capitalino está en su espectacularidad. Su poder de reacción, la velocidad de sus piernas, su agilidad sobre la arcilla y su inteligencia, le permitieron crear jugadas increíbles sobre el campo que rodearon su figura de un aura mágica durante las 16 temporadas que se mantuvo activo.
Llegarle a pelotas lejanas, sacarla del guante a altas velocidades y lanzarla a primera base sin mirar, es una imagen que perdurará mucho tiempo en la mente de los aficionados a este deporte.
A pesar de su 964 de promedio defensivo -que no traduce su calidad en el diamante-, el también llamado “imán” tuvo un impacto tremendo en la época que le tocó jugar y formó con el camarero Juan Padilla lo que muchos llaman la mejor combinación de la historia alrededor de la segunda almohadilla.
Dos veces campeón nacional con sus Industriales, pegó 1239 imparables en 4344 turnos al bate para un promedio de 285, con 112 cuadrangulares y 526 carreras remolcadas.
Con el equipo Cuba fue titular durante varios años, estuvo en dos Juegos Olímpicos, tres Campeonatos Mundiales, tres Copas Intercontinentales, tres Juegos Panamericanos y dos Centroamericanos. Exceptuando los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, ganó la medalla de oro en todos los torneos donde participó, promedió siempre más de 300 y fue muy hermético a la defensa.
Roque Díaz
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