Un cliente dejó en una barbería de Denver una propina de $ 2,500 por un corte de pelo, y luego otros $ 3,300 para repartir entre todo el personal del salón en el que fue atendido, como modo de resarcir en parte las pérdidas del local, que estuvo cerrado por casi dos meses debido a COVID-19.
Curiosamente la peluquera que atendió al buen samaritano, Illsia Novotny, no le tocaba trabajar ese día, por lo que la sorpresa para ella fue triple, si se quiere.
Novotny dijo que no tenía programado asistir el sábado a la barbería de Floyd’s 99. en la Universidad de Denver, pero que se decidió a ir, luego de tantos días sin trabajar.
Allí estaba, en la barbería, esperando que llegara alguien cuando llegó este cliente, que no ha sido identificado, y le preguntó si podía hacerse un corte de pelo sin cita previa. Ella le dijo que sí, y el hombre se sentó en el sillón.
La primera sorpresa llegó cuando, una vez terminada su faena, el individuo se levantó y le dejó de propina $2500 dólares.
Luego, el buen samaritano fue donde estaba la recepcionista y le dejó $500 dólares. No satisfecho con su generosidad, preguntó por el gerente general, y le extendió otros $1000.
Insatisfecho aún, y consciente que en el lugar trabajaban otros empleados que se la habían visto cruda durante estos dos meses sin trabajo, regaló otros $ 1,800.
En total, eran 18 los empleados, así que cada uno se llevó $100 dólares a casa ese día, sin siquiera haberle cortado un cabello a este generoso cliente.
Los medios relatan que Novotny dijo que usaría su propina para pagar la renta del mes de junio.
¿Quién fue el generoso caballero?
Novotny, que fue la persona que más conversó con él, dice que este “acababa de mudarse a Denver desde Chicago”. También se confesó un amante de los Cachorros de la ciudad de los vientos.
Al parecer el gesto de bondad surgió de manera espontánea durante la conversación peluquera-cliente en la barbería. Ella le dijo que estos dos últimos meses habían resultado difíciles.
Cuando el generoso caballero le dio el dinero, ella pensó que se trataba de un error, pero este la rectificó y le dijo: “No, no es un error”.
Y mientras la estilista continuaba cortando el cabello del hombre, hablaron sobre lo difíciles que habían sido los últimos dos meses. ‘Para que lo sepas’, le dijo el hombre a la mujer cuando salía de la tienda, informa el Denver Post. ‘No es un error’.
“Lloré”, dijo Novotny. “Soy madre soltera. Ha sido difícil en los últimos meses no saber qué va a pasar, no saber cuándo podríamos volver a abrir para poder volver a trabajar”.
La mujer relató que su hijo pequeño, el otro día, le preguntó que si ella no tenía dinero, cómo iba a poder pagar las facturas.
La peluquera dice que afortunadamente, durante este tiempo, varios clientes suyos regulares le habían estado haciendo regalos de dinero a través de la aplicación Venmo como muestra de apoyo.
Por estos días hemos visto ejemplos similares, como el del buen samaritano que fue a comer al restaurante Frog & The Bull, y luego de ordenar su comida y comer, pidió que se la cobraran doble, además de dejar otros $1300 de propina al dependiente que lo atendió.
Otro que por estos días mostró su bondadoso corazón fue el actor norteamericano Tyler Perry, quien dejó $21 mil dólares de propina en un restaurante. Perry contribuyó así con $500 dólares a cada uno de los 42 trabajadores del lugar, que estuvieron casi un mes y medio sin trabajo, confinados en sus casas.
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