Alexander Alazo, de 42 años, es el nombre del individuo sospechoso de disparar más de 30 veces contra la Embajada de Cuba en Estados Unidos.
Según el diario The Washington Post – el mismo que declinó “editorialmente” publicarle una carta al embajador cubano en EE.UU. por otras razones en días pasados – ha revelado el nombre del sujeto, y dice, citando a funcionarios de la policía, que es residente en la ciudad de Aubrey, en el estado de Texas, una localidad situada al norte de Dallas.
La investigación del tiroteo está siendo llevada a cabo por el Servicio Secreto de Estados Unidos y el Departamento de Policía Metropolitana, por tratarse de una sede diplomática. Tanto los miembros del Servicio Secreto, como los agentes de la policía metropolitana de Washington, se desplazaron hacia el recinto diplomático apenas conocieron por llamadas efectuadas al servicio de emergencias 911 que alguien estaba disparando contra la sede diplomática.
Alazo, dijo el Servicio Secreto, presuntamente enfrentará cargos por asalto con la intención de matar y por posesión de arma de fuego no registrada.
El ataque dejó varios impactos de bala en las paredes y columnas situadas en la entrada del edificio diplomático, según imágenes que han sido divulgadas.
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El suceso se produjo a las 2 de la madrugada del jueves en la calle 16 NW cerca de Fuller Street NW. La calle permanecía cerrada esta mañana al tránsito, según se podía apreciar en imágenes de medios como ABC News, de los primeros en acudir al lugar.
El Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba explicó posteriormente en un comunicado que el personal de la embajada no sufrió daños. El MINREX dijo además que estaban a la espera de conocer los avances de la investigación.
“El Gobierno de Cuba espera por la correspondiente investigación de las autoridades estadounidenses sobre la identidad y las motivaciones del autor de esta agresión, así como sobre las circunstancias que rodean al hecho. El Departamento de Estado está al tanto de lo ocurrido”, señaló el comunicado del MINREX.
El detenido pudiera ser llamado a declarar ante el Tribunal Superior de Washington, D.C., pero, por tratarse de un ataque contra una sede diplomática, la Fiscalía pudiera pesentar cargos federales, por lo que entonces se juzgaría en un tribunal federal de Estados Unidos.
