Parece un fake news pero no lo es: el Centro para el Control de Envenenamientos de Nueva York reportó más de cien casos de ingestión “accidental” de desinfectantes en apenas cuatro días.
La alarma obligó al Departamento de Salud de Nueva York a salir a las redes sociales con avisos emergentes para intentar frenar entre los neoyorquinos la tendencia de la ingestión de este tipo de producto, que llegó como una bomba luego de cuatro días después de que el presidente Trump hablará de la posibilidad de ingerir o inyectar esos productos para combatir la pandemia del coronavirus.
Todavía la gente no se pone de acuerdo en si Trump dijo o no dijo, o si sugirió o no sugirió. La verdad es que Trump hizo una pregunta un tanto “ingenua” si se quiere, pero de ahí a sugerir va un gran trecho.
Sin embargo, la gente pareció haberse “desayunado” con el hecho de que los desinfectantes matan al virus. Hay dos cosas infinitas dijo Albert Einstein: el universo y la estupidez humana.
De lo primero teníamos ya noción; lo segundo se ha corroborado desde este viernes como una verdad incuestionable.
Tan solo en las 18 horas previas a las 3 p.m. el viernes, el Centro de Control de Envenenamiento de Nueva York manejó nueve casos sobre exposición a Lysol, 10 casos de blanqueador y 11 casos relacionados con otros limpiadores domésticos, para un total de 30 casos.
A partir de ese día, siguieron reportándose casos de personas que seguían inventando con lo que sencillamente no tiene invento: con el consumo de blanqueadores o desinfectantes.
Los datos se informaron por primera vez en el New York Daily News. Afortunadamente, ninguna de las exposiciones resultó en hospitalización o muerte.
Uno puede preguntarse y hasta cuestionarse ¿hasta dónde llegará la estupidez humana?, y realmente la pregunta no parece tener respuestas.
Ad infinitum, diría Albert Einstein.
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