Hasta para esto Cuba es singular. Cuando todos hablan de pandemia, en la isla es comidilla cómo cuidarse del coronavirus en medio de una cola infinita
En el futuro, cuando alguien mire fotos de cómo lucía el mundo en tiempos de coronavirus, las colas de Cuba serán un punto y aparte. Las desoladas calles y plazas de las más conocidas ciudades europeas, o las céntricas arterias más de Nueva York vacías, contrastarán con las imágenes de cualquier punto de la isla. Una cola en cada esquina.
La necesidad obliga al cubano a salir a la calle. Hay quien lo hace con más o menos protección, pero muchos -temerosos ante el contagio- apuestan más por cuidarse. Todo lo que pueden.
La realidad es que la situación es agobiante. En su perfil de Facebook, el cubano Elías Navarro cuenta su experiencia en un mercado santiaguero: “Después de 5 horas de cola en San Agustín y Heredia, gracias a una vecina que me marcó, he aquí lo que pudimos alcanzar”. Y el hombre muestra, resignado, su hueso ante la cámara.
En los comentarios a su post, la gente le alerta que por una publicación de ese tipo le podrían imponer la multa de 3 mil pesos, tal como establece el decreto ley 370. El gobierno de la isla intenta así acallar la difusión de lo que verdaderamente está padeciendo el cubano en tiempos de coronavirus. En el caso de Elías Navarro, parece no dispuesto a ceder, y replica: “no me voy a contener de denunciar la injusticia, aunque me cueste la vida”.
Su denuncia de la cola de 5 horas para únicamente poder llevar a casa un hueso, añade: “Gracias a Dios, porque nada que agradecer al modelo económico cubano, y al sistema alimentario implantado en nuestro sufrido país por el sistema castro-comunista, el cual es un total fracaso. Nota. Ya ustedes saben quiénes se comen la carne”.