El diario Granma, en un atisbo de descaro y necesidad de reconocimiento de su labor, echó mano al vejete de Elson Concepción Pérez y en un artículo titulado “La hora de callar a los malos”, regodeó a su manera una de las enseñanzas del cuento Meñique, publicado por José Martí en el libro “La Edad de Oro”; esa de que “los buenos siempre triunfan a la larga”.

Sin embargo muy, muy lejos están Concepción y Granma de lo que quería José Martí para Cuba, y en un soberano ataque de impotencia y descaro, metieron en una misma bolsa a los ladrones de balones de Oxígeno, descubiertos mediante operativo policial en La Habana recientemente, con aquellos otros que “suben una noticia a Facebook”. Para Concepción y el Granma no hay distinciones. Son malos y merecen el más severo de los castigos.

Dejando a un lado a los viles ladrones, el texto del libelo oficialista sirve más que nada para demostrar su posición frente al Decreto Ley 370, la censura y la represión en Cuba. Equiparar las condenas que merecen los primeros con un post en Facebook, simplemente es alucinante.

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Incluso con faltas de ortografía, muestra genuina del rigor editorial del Granma, Concepción dice que “cada vez que leo, veo u oigo que algún mensaje «subido» a las redes sociales –generalmente con una buena carga de ponzoña– se refiere a un supuesto fallecido en una calle de La Lisa, al descubrimiento de un fármaco remedialotodo en ee. uu., a los mensajes apocalípticos distribuidos en Facebook, a los falsos testimonios que se fabrican, amparados por el uso amplio y libertino de internet, me viene a la mente una pregunta: ¿Es o no posible identificar a esos personajes y es o no posible que las leyes de nuestro país puedan juzgarlos y sancionarlos?”

Luego, considera:

“No es por gusto que coincidan los que «suben» los mensajes malignos, con los que –algunas veces por ingenuidad y otras para hacer coro a las falsas noticias fabricadas desde el exterior por la Fuerza de Tarea creada en ee. uu. contra la isla–, se apresuran también en coger los teléfonos para «comunicar» los supuestos sucesos.”

Y resume:

“En todo caso, el daño está hecho, los incrédulos leyeron el mensaje, los agoreros del mal se encargaron de replicarlo, y alguno que otro «ingenuo» se lo creyó.”

Es una pena que el Granma se preste para semejante “editorial”. Es patético que recurran a que “eso sucede en otros países allá afuera” – Granma justifica censura a periodistas independientes  – para legitimizar “el problema” y hacerlo en el nuestro.

Martí criticaba esta “importación”; este afan de reproducir en el continente americano los “sucesos de afuera”.

El Granma, sin dudas, parece haber perdido el rumbo editorial informativo que lo debería caracterizar, para convertirse en un diario de represión ideológico; sacando escritorzuelos de baja categoría y mucho apego al extremismo.

“Hay que callar a los malos y de seguro que, una vez más, el bien triunfará. Todos somos responsables de ello”, dice Granma y a la mente de un amigo en Facebook le vino aquella frase pronunciada por el Rey Emérito de España – el mismo que no quiere donar a su pueblo los millones que le regaló Arabia Saudita – contra el fallecido gobernante venezolano Hugo Chávez, y que muy bien pudiéramos formularle al Granma.

“¿Por qué no te callas?”

por Ariel P.

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