Ha sido la solución para no perder el ritmo del curso escolar, pese a la pandemia. Pero las clases online agotan no solo a los niños
En las casas por estos días, en medio de la pandemia de coronavirus, el ambiente no es el habitual. Algunos adultos ya se han quedado sin empleo, otros teletrabajan, y los niños están de lunes a viernes con sus clases online. Madres y padres comienzan a sentir un agotamiento que crece por semana. Más de un amigo o amiga con pequeños manifiestan que ya no pueden más.
Un despacho de la agencia Associated Press asegura que ante este cansancio en los hogares se han comenzado a idear soluciones para sortear el cúmulo de aplicaciones pedagógicas, reuniones por video y tareas por correo electrónico. “Algunos padres exhaustos optan por desconectar a los chicos por el resto del ciclo escolar. Otros concentran toda la tarea escolar en el fin de semana o se toman días de licencia del trabajo para ayudar a sus hijos a realizar en un día las tareas de una semana”, precisa la información.
Rachel Pearl, jefa de programas para Amigos de los Niños, una organización no gubernamental con sede en Portland, Oregón, admite a AP: “Creo que la presión es grande, y aún más para las familias de bajos ingresos. Es abrumador. Muchas de nuestras familias piensan que no hacen lo suficiente y temen que están fracasando”.
Una de las historias que está contada por los reporteros de AP es la de una familia de Ebensburg, en Pensilvania. Meghan Perrone es enfermera y su esposo está trabajando desde casa. Él debe aislarse para participar en largas conferencias telefónicas. Tienen dos hijas, una en segundo grado y otra de tan solo 2 años. La mayor durante las horas del día intenta seguir el ritmo de sus clases online, mientras está muy pendiente de su hermanita.
“No podemos darnos el lujo de no trabajar. Algunos no trabajan y tienen tiempo para esto, pero para nosotros no es posible”, reconoce con cierta angustia. A la niña puede ayudarla solo a veces y entonces han decidido dejar todas las tareas para el fin de semana, concentrarlas en dos días. La enfermera explica: “un sábado de los últimos mi esposo y la niña terminaron una tarea de Ciencias de segundo grado a las 10 de la noche”.