La actuación de la policía en Cuba por estos días es muy cuestionada. La prensa oficialista no se da por enterada y pide aplausos para los agentes
El pasado 16 de abril el diario oficialista Juventud Rebelde, en otra de esas arengas cansinas con las que intentan enardecer pedían aplausos para la policía en Cuba: “Para ellos no existe descanso ni aislamiento. Su labor, tan vital en la sociedad, no les permite quedarse en casa con sus familias. Y es que su misión, ahora más que nunca, es estar donde sea necesario, velando por la salud, la seguridad y el bienestar de los ciudadanos”.
Cuando se lee ese artículo, provoca muchísima más rabia el posterior silencio vergonzoso de toda la prensa oficialista cuando medios independientes destaparon que en medio de la cuarentena por coronavirus, dos policías presuntamente habían violado a dos menores de edad en el municipio de Marianao.
Y es que además en redes sociales abundan las quejas de abuso de autoridad por parte de la policía. Cuando los cubanos están aislados en sus casas por el coronavirus, algunos agentes parecen estar aprovechando la ocasión para hacer y deshacer a su antojo.
Uno de las últimas denuncias ha sido la de Luis Ángel Cruz Gómez, un locutor de Radio Sancti Spíritus. Explica Luis Ángel en su perfil de Facebook: “Ayer pasadas las siete camino a la panadería especial, como de costumbre me detengo en el paseo a revisar mi teléfono y por sorpresa ellos se acercan y me imponen una multa de cien pesos, supuestamente por peligro de propagación de epidemia. Trato de explicar que a esa hora voy a comprar el pan, parecen no escuchar, no veo estén programados para eso“.
El locutor alerta a otros cubanos que puedan pasar por lo mismo: ¿perdí mis derechos ciudadanos o nunca los tuve? Creo que no es justo este extremismo y abuso de poder, más aun viendo como a diario se tienen que aglomerar cientos de personas en interminable fila para poder comprar un pedazo de pollo o un pomo de aceite. Qué pena, esta epidemia la vamos a vencer, estoy seguro, pero la ignorancia, el extremismo y el irrespeto del que fui víctima, ¿quién lo notifica?
