Wuhan “revisó” la cifra de muertes por causa del COVID-19 y agregó 1.290 fallecidos, exactamente un 50 % más que las muertes anunciadas previamente, un hecho que confirma la teoría “occidental” de que el país asiático había ocultado sus cifras de muertos reales, debido a la pandemia.

La rectificación se hizo precisamente en el foco de la pandemia: la ciudad de Wuhan. La ciudad revisó este viernes el número de muertes provocadas por la enfermedad en la urbe y añadió 1.290 fallecidos a la cifra de 2.579 anunciadas hasta el momento. 3.869, según informó la agencia estatal china de noticias Xinhua.

La propia Comisión Nacional de Salud había informado apenas tres horas antes de que el número total de muertos en Wuhan se situaba en 2.579 mientras que en la provincia de Hubei se elevaban a 3.222 los fallecidos.

“Las revisiones se han hecho de acuerdo a las leyes y regulaciones, así como al principio de ser responsable ante la historia, el pueblo y los fallecidos”, cita Xinhua. Y agregó:

“Esto asegura que la información sobre la pandemia de la COVID-19 en la ciudad es abierta y transparente, y que los datos son precisos”.

La rectificación sale a la luz tras “discrepancias” de los datos.

Según señala la agencia citando a los funcionarios de Wuhan, la primera discrepancia estaba relacionada con el hecho de que “un creciente número de pacientes al principio de la epidemia desbordó los recursos médicos y la capacidad de admisión de las instituciones médicas” por lo que “algunos pacientes murieron en su casa sin ser tratados en los hospitales”.

La segunda argumenta que en el apogeo de la epidemia en Wuhan, los hospitales operaron “más allá de sus capacidades” y el personal médico “estaba absorto por salvar y tratar a los pacientes”, lo que resultó en que se informase de forma “tardía, con omisiones y errónea”.

La tercera razón asegura que, debido al rápido crecimiento de los hospitales designados para tratar a los pacientes de COVID-19 -incluidos provinciales, municipales, privados y construidos temporalmente-, “unas pocas instituciones médicas no se vincularon a la red de información epidémica y fallaron en informar de sus datos a tiempo”.

Y el cuarto argumento afirma que la información registrada sobre los pacientes fallecidos “fue incompleta y había repeticiones y errores” en los reportes suministrados.

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