A pesar de estar en excelente estado constructivo, desde hace más de dos décadas esta casa está abandonada. ¿Por qué? Los vecinos dicen que la casa está embrujada, pero “los papeles” dicen otra cosa.

En San Cristóbal, Artemisa, en el occidente de Cuba hay una casa embrujada, abandonada en el medio del paisaje, rodeada por verdes plantas que trepan y circundan sus paredes. A pesar del déficil que hay con el fondo habitacional en el país, nadie se aventura a vivir en ella, y eso que tiene una posición privilegiada: está ubicada a un costado de la autopista que une las provincias La Habana y Pinar del Río, justo en el kilómetro 78.

Se trata, revela el periódico “El Artemiseño”, perteneciente a la provincia de Artemisa, de la vivienda de Juan “El Colorao”. Cómo se convirtió en una casa embrujada, ya te lo contamos.

En realidad nadie sabe cómo comenzó esta historia, pero que una casa de mampostería y placa no esté habitada desde hace más de 20 años tiene más misterio que la misma casa.

Una joven entrevistada, e identificada como Bárbara Claudia Cantillo Reinoso, dice que “al caer la tarde comienzan a sentirse cosas extrañas.”

“Varias personas intentaron vivir más de una semana allí, pero en las noches escuchaban el sonido de calderos, y cuando iban a revisar todo estaba en orden. No creo que sea verdad”, alega la joven, pero lo que sí es verdad que en esta casa embrujada hace más de dos décadas que no vive nadie y nadie parece querer vivir ahí.

Laura Iriarte Pérez, dice que “los sonidos son terribles según narran vecinos”.

“Incluso hay quienes ven luces. Alguien me contó que años atrás una pareja ocupó la residencia por poco tiempo. Ellos cargaron agua potable, porque no llegaba a la zona, y al día siguiente sus vasijas estaban vacías; aquello no tenía explicación,” señala la joven.

Margot Zalaberri, quien vive hace más de cincuenta años en San Cristóbal, dice que ella, como tantos otros en San Cristobal, creció escuchando esa leyenda, sin embargo, asevera no conocer personas que la hayan presenciado.

“También se dice que su niña pequeña amaneció en el patio una mañana. ¡Dios nos guarde y proteja de pasar por esos momentos!”, dijo Margot, quien sabe si persignándose.

casa embrujada en Artemisa, leyenda
La casa está abandonada, pero tiene un propietario. Sin embargo la gente dice que esa casa está embrujada

Una vivienda en perfecto estado que nadie quiere habitar. ¿Por qué?

La casa de Juan “El Colorao” está en perfecto estado. El diario de Artemisa nos cuenta que esta casa embrujada está compuesta por tres dormitorios, sala comedor, cocina y baño. Lo único que no tiene es carpintería y la instalación de plomería, pero ¿por qué nadie quiere habitarla? ¿Por qué ni siquiera el Estado cubano la ha ocupado?

La historiadora del municipio de San Cristobal, Miriam Santos Castillo, dice que “sobre este mito no se tiene nada registrado”.

Santos Castillo añade que la vivienda, “estuvo habitada por dos hermanos, y se mataron mutuamente en una riña”.

“Las memorias populares han fabulado un poco esta historia, aunque reconozco que me llama la atención verla sola. Sí sé sobre inconvenientes del área. Cuando llueve la zona se inunda por construcciones realizadas que cambiaron el cauce del arroyo. También está cerca de la autopista, no se ha podido electrificar…en fin, causas que desfavorecen la convivencia”, destaca Santos Castillo.

Adamarys Espinosa, hermana del influencer cubano Carlitos Espinosa – Chucho del Chucho – dice que ella nació en San Cristobal y que desde niña ha estado escuchando la leyenda de la casa de Juan El Colorao.

Adamarys asegura que “todo el mundo dice que el Colorao se le aparece a la gente ahí”.

“Dicen que como él no pudo vivir en esa casa, no quiere que nadie habite en ella”, expresó.

Según ella, ni los más valientes se atreven a bajarse en la autopista para ir a curiosear en la vivienda.

“Lo que dice Planificación Física es que la casa, como está en una bajada, cuando llueve se inunda, pero lo que dice la gente es que Juan el Colorao espanta a la gente; y todo el mundo le tiene tremendo respeto a eso”.

A una pregunta de si su hermano ha estado en la casa embrujada “de visita”, para “curiosear”, Adamarys dice:

“Sí, está bien; dile que te diga que sí. Muchachooooooo a eso todo el mundo le tiene miedo.”

Chucho del Chucho sin embargo corroboró lo dicho por su hermana: a él ahí, no se le ha perdido nada en esa casa.

“Jamás he bajado a ver esa casa, he estado cerca, pero ahí no he ido a nada,” expresó vía telefónica.

Un título de Propiedad de la Vivienda para una “casa embrujada”

Una visita a la dirección municipal de la Vivienda revela detalles sobre la propiedad de esa casa embrujada.

Según Tatiana Pérez Herrera, la directora, “las tierras donde está ubicada tienen dueño”, por lo que no se puede hablar de una “casa abandonada”.

Casa embrujada en Artemisa
Según el título de la propiedad, esta le pertenece a Diego Guillermo Sánchez Pérez,

El propietario es Diego Guillermo Sánchez Pérez, y su hija, Ainet Sánchez Pérez, conversó con “El Artemiseño”, dispuesta a “contar el secreto verdadero que nadie describe.”

Ainet narra que su bisabuela y Juan residían en Los Palacios; pero al quedar ella viuda “decidieron venir hasta Chirigota para continuar sus vidas.”

“El terreno era una finca entera pero cuando nació la autopista quedó dividido, y su hijo construyó esa casa”.

“Muchas personas querían comprarla. Mi abuelo –el segundo hijo de Domitila- no se decidió, porque tenía que dar un pedazo del terreno si materializaba la venta. Ahora está a cargo mi papá, aunque en realidad no nos hace falta.”

casa embrujada en San Cristóbal, Artemisa
Ainet Pérez, es hija del actual propietario de la “CASA EMBRUJADA” de San Cristóbal

“Nuestra casa es particular, y quizás mañana mis hijos querrán vivirla: si así sucede habrá que acondicionarla, pero nunca dejarla sola, pues en varias ocasiones lo hemos intentado y personas inescrupulosas roban nuestras cosas.

“Han entrado algunos atrevidos. Con la ayuda de la policía los hemos sacado. Incluso puedo comentarte sobre un señor, que decía era espiritista, entró a hacer “trabajos” porque su religión se lo había recomendado; ¿quién lo autorizó?”.

Un vecino, y sobrino político de Juan, Adelkis Crespo Rodríguez, asegura que la historia de la riña entre hermanos, es falsa.

“La gente dice que eran dos hermanos, cuando en realidad fueron tres, el tercero residía fuera del país. En esa casa vivió Juan, Eloy Sánchez y su madre Domitila. Nunca hubo riña, y te lo puedo asegurar porque los conocía. Ellos jamás tuvieron un “dime que te diré”, enfatiza.

“Juan era muy jaranero, buen vecino, familiar y amigo. A mis 50 años lo recuerdo manejando un camión grande, y en las tardes siempre andaba cerca de la zona y de su mamá. Puedo testificar que nadie la ha vivido después de Juan, y si quisieran regalarla -con todos sus mitos – que la pongan a mi nombre; ya veremos.”

“Esa vivienda tenía sus puertas, ventanas, azulejos y el piso…; la gente se lo fue llevando todo en la noche. Entonces, ¿por qué Juan no salió mientras le robaban sus bienes? Ahí te das cuenta que cualquier probabilidad es absurda.

Y con esa sentencia campesina expresa con firmeza:

“Hay que temerles a los vivos, no a los muertos”

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