En los propios hospitales donde la madre dé a luz, podrá hacer el registro del recién nacido
Hacer cualquier trámite en Cuba siempre ha sido un dolor de cabeza. Las principales quejas de la población con respecto a estas gestiones se relacionan con las demoras, las extensas filas y el mal trabajo en estas oficinas. Recientemente, el gobierno comunicó un nuevo método para realizar el registro de los recién nacidos en los propios hospitales dónde la madre dé a luz.
El Ministerio de Justicia emitió la Resolución No. 119/2020, que aclara el procedimiento para la inscripción de los recién nacidos en las oficinas de registro de los hospitales con servicios de obstetricia, es decir, para que los padres antes de irse de alta ya tengan la certificación de nacimiento.
Juliana y César están esperando un bebé. “Me alegra que se hayan percatado de las insuficiencias que tiene el servicio de inscripción. A veces ese momento que debería ser de felicidad se vuelve insoportable, el niño puede tener hasta una semana y oficialmente estar sin nombre”, declara ella.
La ley también establece los horarios de estas oficinas de registro: de lunes a viernes, de ocho de la mañana a cinco de la tarde. Mientras tanto, los sábados y días feriados solo trabajarán hasta la una de la tarde y los alumbramientos que se produzcan los domingos tendrán que esperar hasta el lunes para inscribirse.
Uno de los aspectos que más agradecen los familiares es el hecho de poder estar presente en la ocasión. “Antes, el registro se hacía fuera de las instituciones hospitalarias, por lo que muchas veces no podíamos presenciarlo ambos. A partir de ahora será parte de las primeras experiencias que vivamos en la vida de nuestros hijos”, comenta Liz Mariam, quien espera su segundo bebé.
“Tendremos la oportunidad de estar al tanto de la escritura correcta del nombre y apellidos y chequear los errores que pueden ocurrir. La lejanía de los servicios provocaba que por el nerviosismo y la necesidad de que el pequeño por fin tuviese un nombre se olvidara revisar los papeles, cosa que con el tiempo traía mayores inconvenientes con errores. De tal magnitud que hasta negaban la paternidad por correcciones ortográficas”, explica José, padre y enfermero.
Odalys recuerda el momento en que su esposo le trajo la inscripción de nacimiento de su primogénita. “No podía ir con él a hacer la gestión porque aún no teníamos el alta del hospital ni yo ni la pequeña. Le había dicho el nombre que quería para mi hija: Silenis Mercy. Mil veces se lo repetí. Cuando llegó, la señora encargada determinó que se llamara Silenes de las Mercedes. Luego yo quería que la tierra se abriera y me tragara. Resulta que una fulana había determinado y cambiado mi primera decisión como madre porque a ella le daba la gana. Espero que más nadie pase por un momento de disgusto como ese”.
Vladia Rosa García