Desde hace más de medio año, la escasez de preservativos es noticia en Cuba. Ahora también faltan otros medios anticonceptivos

Si alguien pensara que la escasez en Cuba ha obligado a abstenerse de casi todos los placeres, podría sorprenderse al saber que el sexo es uno de ellos. La falta de preservativos en todo el archipiélago desde el pasado octubre ha puesto a pensar a unos cuantos. No son pocos quienes han entrado en pánico.

Los últimos meses de 2019 y los primeros del presente año no han resultado muy esperanzadores. Únicamente la ausencia de combustible ha sido tan debatida como la de los condones. En todos los espacios es posible advertir a ciudadanos quejándose por la falta de ellos.

“Yo nunca había visto algo así. He tenido momentos de decirle a mi pareja, ¿qué vamos a hacer?, porque no puedo tomar pastillas ni usar otro tipo de anticonceptivos. Además, el uso del condón va más allá de prevenir un embarazo, es apostar por la salud en todos los sentidos”, comenta Analis Estrada.

Abel Díaz dice no sentirse seguro desde hace mucho tiempo. “No tengo pareja estable, pero sí suelo tener relaciones sexuales con frecuencia. Por tanto, para mí la protección es algo indispensable. Todo el tiempo estoy con la preocupación de cuándo llegarán los condones. Se me está agotando la reserva y eso me pone muy mal. Siento que no disfruto, que no estoy tranquilo”.

Natacha Allende, trabajadora de la farmacia de 23 y 6 en el Vedado capitalino, comparte que desde septiembre pasado hasta este enero, no había visto entrar un solo preservativo. “Tampoco te creas que en enero vinieron muchos, fueron solamente unas cajitas, casi simbólicas que, obviamente, volaron como pan caliente”.

Lo que cuentan las cifras oficiales

La revista cubana Alma Mater realizó recientemente una investigación sobre este tema titulada “La saga de los condones”, la cual se dividió en dos partes.

La primera parte refería que a mediados del mes de febrero, de 106 farmacias de 75 municipios del país solo en dos de ellas había preservativos, una en el municipio mayabequense de Jaruco, y otra en el capitalino Cerro.

Asimismo, en la segunda parte del artículo de la revista Alma Mater se aclaraba: “Cuba no produce condones. Llegan al país, fundamentalmente, por dos vías: a través de donaciones de organismos y organizaciones internacionales (los conocidos plateados) que son utilizados en los programas de salud que luchan contra la propagación del VIH-Sida y las enfermedades de transmisión sexual; o mediante la compra a productores internacionales (las marcas Momentos y Vigor)”.

Onecys Perdomo Álvarez, directora comercial de la Empresa Comercializadora y Distribuidora de Medicamentos (Emcomed) dijo a Alma Mater que que en el 2019, de un plan de 20 millones, solamente se recibieron 10 millones .

A juicio de Yanitza, vendedora en una farmacia del municipio San José, provincia de Mayabeque, “la gente está intentando resolver en el mercado negro, comprando los condones por la izquierda, pero a precios despampanantes. Obviamente, este sector no escapa del desvío de recursos. Al igual que los medicamentos, los profilácticos van a parar a manos de revendedores que en momentos de crisis le salvan la campana a quien tenga el dinero para comprarlos”.

Yo llegué a dar 50 pesos o dos CUC por una caja de vigor de tres unidades. Eso lo hice dos o tres veces, pero mi salario del mes no puede irse en preservativos. Ese ritmo no hay quien lo siga, al menos yo no puedo”, lamenta Rosmerys Pérez.

Escasez de condones, ¿una estrategia para aumentar la natalidad?

En el entorno popular, más allá de las quejas por la ausencia de los preservativos no ha faltado la sátira, ni los chistes que ante cada crisis se inventan los cubanos. Las bromas han ido desde afirmar que existe huelga o amnistía sexual hasta asegurar que todo forma parte de un plan macabro del gobierno para que aumente la reproducción y se rejuvenezca la población en Cuba. Esta última suposición ha sido tan adoptada por los ciudadanos que es común escuchar a algunas personas referirse a ella como un hecho demostrado. “Ahora quitaron los preservativos para que uno para”, decía una joven habanera mientras esperaba su turno en la farmacia de 23 e I en el Vedado.

A juicio de Lourdes Alfonso, ginecobstetra y miembro de un programa de orientación para la planificación familiar, es difícil dar por sentado este tipo de cuestionamientos cuando en realidad no existe una postura gubernamental que confirme o desmienta esa información. O sea, pudiera tratarse de un déficit como lo hay de alimentos y medicamentos: “Me gustaría pensar que de tratarse de una confabulación por parte del estado, ellos hubiesen sabido ser más sutiles y no formar demasiado alboroto. Reducir el abastecimiento de preservativos pero no arrancarlos de un zarpazo.”

La idea de incentivar la reproducción se sustenta, en otros casos, en que el condón no es el único método anticonceptivo que está en falta en la isla. Roxana Fuentes alega haberse pasado meses buscando la famosa píldora Trienor. “Yo antes la conseguía fácil. Incluso solía comprar varias cajas para si se perfila no tener que interrumpir el tratamiento. En estos casos es muy importante la constancia y respetar la dosis del medicamento. Pero llevo más de ocho semanas sin dar con un solo blíster, ni en el mercado estatal, ni por la izquierda. Mi prima me está mandando otras desde Estados Unidos”.

Alejandra Núñez agrega que lo mismo le sucede con la famosa píldora del día después que tantas veces la sacó de un aprieto. La llamada Levonorgestrel era mi saca apuros. No la usaba cotidianamente pero sí en momentos de urgencia, cuando no tenía condones o se me agotaba el tratamiento normal. No obstante, he descubierto que ahora también está en falta. “Tal parece que nos están incitando a tener hijos o a no tener sexo”.

Efectivamente, trabajadoras de farmacias en Mayabeque, Artemisa y Ciudad Habana, consultadas vía telefónica, coincidieron en que las solicitadas pastillas anticonceptivas forman parte de la lista de productos que no tienen una entrada regular a estos establecimientos y que, suelen ser los más demandados.

“Sin condones ni pastillas anticonceptivas la cosa está muy fea. Así no solo aumentarán las enfermedades de transmisión sexual, también los riesgos para la mujer. Crecerá el número de abortos. Porque quienes no tienen una economía propicia para tener un hijo no se van a arriesgar y esa es la situación de muchas parejas cubanas”, opina Carlos Lazo.

Junior Rodríguez, psicólogo especializado en temas de sexualidad y prevención de infecciones por transmisión sexual (ITS) asevera que lo que sí es un hecho es que esta etapa de crisis en cuanto a métodos anticonceptivos traerá repercusiones sociales. “Eso no se verá ahora, tal vez a largo plazo, con estudios demográficos podría analizarse el número de abortos, de nacimientos y de personas infectadas con diversas patologías de este tipo. Es importante recordar que además de fármacos y condones en la isla hay una crisis de valores; y cuando se combinan ambos déficits el resultado es fatal”.

Lucía Jerez


 

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