Activistas siguen reclamando una ley de protección animal en Cuba. La isla es el país más atrasado en protección animal de América Latina, aseguran
Ante los episodios de maltrato a animales que ocurren cada día en la isla, no sorprendería a muchos escuchar que Cuba es el país más atrasado en protección animal de América Latina. Así lo denunció la activista Grettel Montes de Oca en una reciente entrevista con la agencia Reuters, en la que se refirió a la necesidad de una ley urgente para parar las injusticias.
Montes de Oca expresó, además, que la isla es el único país en la región que no tiene una ley en defensa de los derechos de los animales. Aunque el número de protectores ha crecido de forma alarmante, el Parlamento cubano se resiste a firmar una ley.
Laura Figueroa, animalista que charló con Cubacomenta, ha podido constatar desde su experiencia en visitas al exterior, que “la posición de la isla está muy mal vista a nivel internacional, sobre todo en el resto del continente latinoamericano, donde la mayoría de los países son cada vez más estrictos con la defensa y el cuidado de los animales. Paraguay, Uruguay, Perú, Colombia, Argentina y Ecuador, por solo citar algunos, son naciones que han hecho dentro del continente una revolución en cuanto a los criterios y legislaciones acerca del bienestar animal. Es contradictorio que un país como Cuba, que le ha gustado venderse siempre como líder en principios éticos y solidarios, le voltee la espalda a tan noble causa”.
Lo peor, a juicio de Noelia Gutiérrez, quien en los últimos dos años se ha dedicado a recoger y curar a perros y gatos vagabundos, es que, “de no ser por los activistas y medios independientes, muy poco se sabría acerca de los crímenes que se cometen a diario. A cada rato escuchas que quemaron gatos, que los echaron vivos en un contenedor o que los picotearon en plena calle; lo mismo sucede con los perros, por no hablar de aquellas especies que son víctimas de las prácticas irrespetuosas de religiones afrocubanas que pululan sin escrúpulo por cualquier rincón del país”.
“Cuando he participado en limpiezas a zonas costeras he podido observar la cantidad de aves que se ofrendan al mar como parte de las creencias yoruba. A veces no son solo aves, también hemos visto carneros y jicoteas muertas infectando zonas tan vulnerables a la transmisión de enfermedades, como son las playas”, añade Rigoberto Pérez, joven habanero del municipio de Playa, que reclama una ley de protección animal para Cuba.
“Aunque hoy muchos sucesos relacionados con el maltrato animal son visibilizados mediante las redes sociales, esto no quiere decir que sean los únicos que suceden. Si esos, sobre los que tenemos constancia nos parecen muchos, cómo sería si supiéramos de todos los que ocurren”, dice Alejandra Silva.
En diciembre del pasado año Cubadebate anunciaba un proyecto de ley bienestar animal que supuestamente se consultaría para ser aprobado durante este 2020. Según el citado medio, “se estipulan sanciones para quienes incumplan con lo reglamentado, (…) la penalización comprende multas que incluyen precios altos y, en casos puntuales, está prevista la privación de libertad”.
No obstante, lo que preocupa a los activistas es que el texto legislativo fue redactado a sus espaldas y sin tener en cuenta sus opiniones. Se dejó únicamente en las manos del Ministerio de la Agricultura para su revisión.
“Nosotros que hemos sido la voz de los animales a favor de su defensa no hemos podido aportar nada a esa supuesta ley. Solo nos resta esperar que en realidad la pongan en práctica. Ya será penalizado hasta arrojar basuras a la calle. No quiero pensar que matar a un perro, tenga menos implicación que ensuciar la imagen de la ciudad”, expresó la activista Sonia Herrera.
Lucía Jerez