“Los hoteles que hoy construimos son de alta tecnología, en coincidencia con lo que necesita el país”, dice el ministro cubano de Turismo

La solución a los problemas de los cubanos es construir hoteles. Al menos, así lo dio a entender el Ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, en su intervención en la Mesa Redonda. “A partir del crecimiento del turismo en la capital, se requería de una planta hotelera más actualizada. Los hoteles que hoy construimos son de alta tecnología, en coincidencia con lo que necesita el país”.

Para 2019, Cuba tenía previsto un crecimiento de 4 mil habitaciones nuevas, sin embargo, en declaraciones de José Daniel Alonso, director general de Desarrollo, Negocios e Inversiones del Mintur, hasta mayo existían 7 mil fuera de servicio, sin utilidad para clientes. Aun así, construir más edificaciones hoteleras no deja de ser el punto cardinal de la economía en estos tiempos.

¿Esto es realmente lo que necesita el pueblo cuando la mayoría de la ciudad se encuentra en ruinas? Muchos de los complejos hoteleros más recientes se encuentran ubicados en Centro Habana y Habana Vieja, municipios de mayores afectaciones constructivas en la capital.

“No hay dinero para construirnos las casas y sí para invertir en eso”, reclama Zaida, residente de la calle Prado. “Muchos vivimos en cuarterías, barbacoas al borde del colapso, solares y ni siquiera les ha interesado saber nuestras condiciones, pero para los extranjeros sí pueden hacer construcciones nuevas”.

Ernesto, quien vive en la calle San Lázaro, lo considera una falta de respeto. “Cómo pueden decir esas cosas en el televisor cuando hace poco un derrumbe causó pérdidas humanas irreparables y al año son varias las experiencias negativas con las edificaciones antiguas. La verdadera solución es escuchar al pueblo, y destinar el dinero a quienes realmente necesitan ayuda”.

La medida se justificó a causa del decrecimiento del sector en el pasado año que fue de un 9.2 por ciento con respecto a 2018, principalmente en los mercados tradicionales europeos como Alemania, Italia, Francia y España, lo que ha incidido desfavorablemente en la economía nacional tanto para el sector estatal como para el privado.
Uno de los principales medios de obtención de capital en Cuba es el turismo, medida que desde el Período Especial fue la salida del país a la crisis financiera de aquellos momentos.

Desde que se realizara en los años 90 el primer contrato con una empresa mixta, por muchos esfuerzos y alternativas que busquen los funcionarios del ramo para posicionarse en el negocio, la isla depende de la inversión extranjera para potenciar el ascenso de los productos turísticos.

Hasta abril del pasado año se habían firmado 97 contratos que mostraban está realidad. Además, 119 hoteles son operados por 21 cadenas extranjeras de 12 países; de ellos solo 9 con categoría tres estrellas, el resto entre cuatro y cinco estrellas. Nueva cadenas españolas operan 92 hoteles de la isla: Iberostar, Meliá Internacional, Blau Hotel, Be Live, NH Hotel, Roc Hotels, Barceló, Valentin Hotel & Resorts y H10 Hotels.

En momentos en que varios sectores se encuentran afectados y el desabastecimiento vuelve a convertirse en tema central de preocupación ciudadana, el Estado continúa potenciando el turismo en busca de un aumento en los indicadores económicos. Supuestamente gracias a las inversiones hoteleras se potencian servicios para la población cubana como “escuelas, policlínicos y panaderías”.

“Pena debería darles. Pintar las aceras y poner carteles bonitos no significa reparar y eso hacen la mayoría de las veces. A las zonas más malas nadie va para decirnos que nos facilitarán materiales, o percatarse que en cualquier momento la pared se nos viene encima, tienen que ocurrir desgracias para que importemos”, explica Zaida, vecina de Galiano.

Texto y fotos: Vladia Rosa García

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