El Premio, si finalmente Suchel Camacho se hace acreedor de él, durará todo un año, aunque dicen que los premios quedan para siempre – sí, claro, el Premio Excelencias 2019 es ese, el de ese año – mientras que la crisis con el aseo en Cuba pudiera durar hasta abril.
A pesar de la crisis con el suministro y la distribución en la isla de jabón y detergente – en general, con los productos de aseo – la empresa Suchel Camacho está nominada a los Premios Excelencia 2019, un hecho que corrobora que la isla – Cuba – es líder en eso que Alejo Carpentier llamaba “lo real maravilloso del mundo americano”.
La ministra de Comercio Interior Betsy Díaz Velázquez anunció que los problemas con los productos de aseo en Cuba son serios y afectarán a la población al menos hasta el mes de Abril, coincidentemente con el hecho de que una empresa creada precisamente para abastecer de productos de aseo al pueblo esté nominada al importante premio.
No está sola, otras dos le acompañan en la nominación – Empresa Diseño Habana y Empresa Extrahotelera Palmares – en la categoría “Especial Habana 500” y resulta contradictorio que, si resulta premiada, el que suba a recoger el galardón lo haga todo oloroso y hasta perfumado, mientras el pueblo cubano josea de punta a punta una tienda donde pueda encontrar productos de aseo tales como jabón de baño y lavar, detergente, pasta dental, entre otros.
El Premio, si finalmente Suchel Camacho se hace acreedor de él, durará todo un año, aunque dicen que los premios quedan para siempre – sí, claro, el Premio Excelencias 2019 es ese, el de ese año – mientras que la crisis con el aseo en Cuba pudiera durar hasta abril.
Eso fue lo que aseguró la ministra del MINCIN, aunque dijo que se están tomando medidas para estabilizar la producción a partir del cuarto mes del año.
Un hecho a todas luces curioso – y también doloroso – es que los pocos productos que existen están dispersos por las tiendas del país. Es decir: si tiene suerte podrá encontrar en una tienda jabón de baño – luego de hacer a respectiva cola -, pero deberá ir a otra tienda, hacer otra cola para comprar la pasta dental. Al menos así lo corroboró ayer una colega de trabajo que asegura “tuvo que zapatear toda la mañana y ripiarse en las colas”.
Por cierto, apenas pudo alcanzar dos bolsitas de detergente.
