Kira Romero es la mujer que está detrás de Firdaus, la primera tienda musulmana en Cuba

Firdaus, la primera tienda musulmana en Cuba, abrió sus puertas. Luego de posponer varias veces su inauguración prevista para agosto del pasado año, por estos días el pequeño rincón islámico acoge a todos los interesados, practicantes o no de la religión, con la intención de introducir un pedazo de esa cultura en la sociedad cubana.

Ubicada en el segundo piso de los Almacenes San José, feria artesanal del Centro Histórico de la Habana Vieja, Firdaus tiene como objeto principal cubrir las necesidades carentes de este grupo en la isla, según explica su creadora Kira Romero. El difícil acceso de los practicantes para lucir una vestimenta apropiada era uno de los mayores contratiempos.

El establecimiento, tal como indica su nombre, es un completo paraíso árabe que muestra el vestido idóneo o el hiyab perfecto para la ocasión, la pieza más conocida de su cultura. “Buscamos comercializar telas frescas con distintas texturas, para contrarrestar el calor del territorio. También tenemos modelos de prendedores, adornos que acompañan la prenda brindándole mayor presencia”, indica la dependienta del lugar, una joven cubana practicante del islamismo.

La elegancia y el verse bien con sus ropas cubridoras es uno de los rasgos que caracterizan a las féminas pertenecientes a esta religión. Los estantes de Firdaus también muestran joyas, en su mayoría de plata rodinada con exquisitos detalles y estuches de maquillajes con utensilios profesionales “para resaltar la belleza del físico”.

“El espacio es muy acogedor, familiar. La muchacha te atiende como si fueras del lugar. Las mesas están puestas de un modo que se pueda seguir interactuando y disfrutar del ambiente. Nunca llegas a sentirte ajeno a pesar de conocer poco de las tradiciones islámicas”, declara una visitante a Firdaus.

Otras tradiciones presentes en el pequeño bazar son la cultura culinaria a base de aperitivos ligeros, la afición por el té endulzado con miel de abeja y la posibilidad de fumar tabaco en una hookah, de origen oriental.

“Queremos llegar a todos, que pregunten y poder aclarar las inquietudes que despierte la forma de vivir de nuestra comunidad que sabemos son muchas”, comenta la dependienta.

En 2007 quedó reconocida legalmente La Liga Islámica de Cuba. En ese entonces, la mayoría de los musulmanes eran hombres y mujeres de mediana edad. En la actualidad, con la posibilidad de acceso a Internet que han tenido los cubanos y la construcción de la mezquita, se contabilizan alrededor de 7000 personas que practican el Islam.

Pedro Lazo Torres, presidente de la Liga, manifestaba al medio independiente El Toque que “las mujeres todavía son minoría dentro de la comunidad, pero a veces de la impresión contraria porque son muy activas”.

En Firdaus esperan unos meses para comenzar con otro tipo de actividades. Con sus servicios pretenden visibilizar a la comunidad islámica de Cuba y sobre todo, a las mujeres musulmanas que están interesadas en eliminar los estereotipos y conceptos erróneos.

Texto y fotos: Vladia Rosa García


 

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