Problemas sanitarios y con la electricidad, graves, han dotado a la calamidad una carga extra que no pocas familias de Puerto Rico, con ancianos y niños se ven imposibilitados de afrontar.
Un terremoto de magnitud 5.0 grados en la escala de Richter estremeció en las últimas horas a Puerto Rico, informó el Servicio Geológico de los Estados Unidos.
El terremoto se produjo a unas 14 millas al sur-sureste de Guánica a las 9:45 a.m.del martes. Guánica es la misma región que desde diciembre pasado ha venido registrando movimientos telúricos bastante fuertes que han dejado no pocos daños en el país.
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Uno de ellos, el de magnitud 6.4 es el responsable directo de que no pocos ciudadanos decidieran irse del país a asentarse definitivamente en los EE.UU.
La nación boricua ha sido durante años golpeadas por huracanes, pero esto de los terremotos es practicamente novedoso para sus actuales generaciones. El único terremoto de magnitud considerable en la isla ocurrió hace aproximadamente cien años, algo que prácticamente ningún ser vivo actual en la isla recuerda.
Sin embargo, las continuas réplicas han puesto mucho miedo en los corazones de los residentes de la isla. Algunos de ellos perdieron sus casas; ahora son un amasijo de escombros, y no pocos ven muy difícil restaurar las heridas en un país donde sus continúos gobiernos han pecado de corrupción.
Problemas sanitarios y con la electricidad, graves, han dotado a la calamidad una carga extra que no pocas familias con ancianos y niños se ven imposibilitados de afrontar.
El servicio de Sismología del país ha advertido que todavía no ha llegado “el terremoto grande” que todos esperan, pero no pocos residentes prefieren esperarlo desde la Florida. Ciudades como Orlando, Miami y Tampa han recibido en los últimos dos años la oleada de migrantes provenientes de la llamada Isla del Encanto.
Todos buscan una segunda oportunidad en el llamado “País de las Oportunidades”, luego de años fatídicos, soportando las calamidades ya mencionadas.
No les queda de otra; un terremoto es impredecible; los huracanes no pueden ser desviados, pero la corrupción gubernamental es tan poderoso como los dos primeros.
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