Según datos del Ministerio de Salud Pública, cada año se detectan aproximadamente 200 casos nuevos de lepra en Cuba

Aunque en el año 1993 la lepra dejó de ser concebida como un problema de salud en Cuba, datos recientes del Ministerio de Salud Pública de la isla confirman que cada año se detectan aproximadamente 200 casos nuevos, con reporte en todas las provincias.

A juicio de Milagros Fundora, especialista en Dermatología, “a grandes rasgos, la lepra es una afectación de los nervios periféricos que daña la piel. Por tanto, se puede manifestar de diversas maneras. Generalmente aparecen como primeras señales, unas manchas en la piel, que no tienen sensibilidad, las cuales suelen acompañarse de dolor en las articulaciones. Lo más difícil es que puede tener un período de incubación de hasta 20 años. Y eso complejiza el control sobre ella. Existen convalecientes que no recuerdan dónde pudieron haberla adquirido. Tal vez la tuvo su abuelo, o su bisabuelo. Por tanto, uno de los mayores desafíos ante un foco de lepra es investigar a todos los que tuvieron contacto con la persona”.

Fundora añade que se trata de una enfermedad tan antigua que aparece, incluso, en las sagradas escrituras, cuando se cuenta que Jesús curó a un leproso. Desde siempre este padecimiento ha estado acompañado de un estigma que conserva hasta hoy. Uno de los principales propósitos de la Organización Mundial de la Salud es erradicar los prejuicios que se tienen al respecto y que influyen en el descubrimiento tardío.

La doctora Sandra Jiménez precisa a Cubacomenta que “el peligro se concentra en los familiares y compañeros de trabajo que rodean al enfermo. Pues son quienes más posibilidades tienen de contraerla. Se transmite por vía respiratoria, principalmente. Y puede ser atendida en cualquier hospital, policlínico o centro médico, donde haya un especialista en piel, o sea, un dermatólogo”.

El tratamiento no lo garantiza absolutamente el sistema de salud cubano, sino la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se encarga de extenderlo gratuitamente a todos los países del mundo. Precisamente, la estrategia de la OMS de 2016 al 2020 tiene entre sus metas disminuir las discapacidades que quedan como secuela cuando el diagnóstico no es precoz, así como eliminar las leyes internacionales que discriminan a las personas contagiadas.

Según declaró un funcionario del Ministerio de Salud, quien prefirió no revelar su identidad, Granma, Santiago de Cuba, Camagüey, Ciego de Ávila y La Habana, son, en ese orden, las provincias con mayor cantidad de incidencias.

“A pesar de que se publican algunos datos de vez en cuando es un tema bastante silenciado en los medios, en la sociedad y en el discurso oficialista. También ha habido niños que han contraído la enfermedad, por suerte ha sido a tiempo para atacarla”, añadió.

El Hospital Dermatológico Guillermo Fernández Hernández Vaquero, más conocido como El Rincón, ubicado en el municipio capitalino de Boyeros, es el centro que se encarga de supervisar el seguimiento de esta dolencia. Sobre todo en vagabundos (que las autoridades llaman deambulantes) que han sido infectados y que carecen de hogar y recursos para asumir el proceso de curación.

“En ellos se hace más compleja la misión, pues a veces son personas con trastornos psicológicos a las que casi siempre la lepra se les detecta tardíamente. Lo cual constituye un riesgo para el contagio”, dijo una enfermera del lugar a Cubacomenta.

Lucía Jerez


 

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