Sorpresa y mucho susto sintieron los cubanos cuando la isla tembló este martes: desde La Habana hasta Santiago de Cuba
Nidia caminaba por el Vedado y se enteró de lo que sucedía por el tumulto de personas en la calle. Según cuenta, aquello se asemejaba a un simulacro de los que estamos acostumbrados a ver en películas: bajen organizados por las escaleras y aléjense de los lugares que pueden caer.
En los siguientes minutos, pasadas las 2:20 de la tarde, todos esperaban con la vista puesta en los edificios a ver qué sucedería después. Pero ella siguió su camino un poco desconcertada hasta que entendió, que había temblado La Habana.
Enseguida los medios extranjeros anunciaban que el sismo principal había ocurrido a las 2:10 pm con una magnitud de 7.7 en la escala de Richter. Luego, le siguieron varias réplicas de menor intensidad. Se verificó perceptible en las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas, Santi Spíritus, Ciego de Ávila, Cienfuegos, La Habana, Pinar del Río y el Municipio Especial Isla de La Juventud.
“¿Cómo están?”, fue la primera pregunta que Luis Alberto le hizo a su mamá. “Por el terremoto, ¿no lo sentiste?”. Él trabaja en el Banco Exterior de Cuba ubicado en la céntrica Avenida 23. “Aquí sí se movió todo, fue el susto más grande mi vida”, relata.
Sin embargo, Ana, quien labora en el mismo lugar, cree que es “una exageración” aquello. Mientras ocurría estaba en la planta baja buscando unos papeles y allí nada sintió. “Me enteré por mis compañeros que bajaban como locos; pensé que había sucedido otra cosa pero ni pasarme por la mente la palabra sismo”.
“El mayor temor en el momento fue porque no estamos preparados para situaciones de este tipo”, asegura una capitalina. “No es lo mismo que sepas de su existencia a que de pronto todo a tu alrededor comience a moverse sin explicación y lo peor sin tener cómo detenerlo. Que no suceda otra vez, Dios”.
Las siguientes horas después del temblor, en Cuba no se habló de un tema diferente. Muchos se sorprendían, no entendían el cómo, el cuándo o el porqué del fenómeno. Algunos se dedicaron a actualizar sus redes sociales en lo que aguardaban por un parte oficial que tardó en llegar.
El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas de Santiago de Cuba, en primera instancia se refirió a una intensidad preliminar de 6.9 en la escala de Richter. Pero luego, en la propia institución, precisaron los recálculos del evento que pudieron constatar de una mayor intensidad, y que el movimiento telúrico había tenido lugar a una profundidad de 20,7 kilómetros.
Cómo se sintió el temblor en provincias de Cuba
Fernando Sánchez, un cubano de Ciego de Ávila, publicó en su Facebook: “Mi esposa pensó que el perro sacudía la cama, mi hijo creyó que el mismo perro movía la silla. Los vecinos de un edificio de dos plantas en Narciso López y Benavides, se lanzaron desprovistos a la calle”.
En Granma, un vecino hasta creyó que los socios le hacían una broma. “Estaba en la parada esperando que me cayera un viaje, dormido dentro del carro y de pronto empezaron los tambaleos. Salí enseguida y me di cuenta que ellos también estaban igual que yo”.
“Cristales rotos, personas asustadas y un balcón que se movió”, anunció el diario Escambray dando cuenta de que los espirituanos también vieron sacudirse la tierra en la tarde de ayer. “De momento el sofá comenzó a vibrar y sentí un mareo fuerte. La señora del al lado me tocó la puerta y bajamos juntas las escaleras sin pensar en nada más”, comenta a ese periódico una mensajera de la zona de Los Olivos.
Pero el susto no terminó en aquel sismo. En tanto las autoridades del gobierno retrasaban las declaraciones, las redes sociales y varios medios de comunicación alertaban de un “tsunami”.
Según el sitio web Cubadebate este es el segundo sismo perceptible del presente año, el primero fue el registrado el 24 de enero por la red de estaciones del Servicio Sismológico Nacional, a 37 kilómetros al sureste del poblado de Caimanera, en la provincia oriental de Guantánamo. El mismo tuvo una magnitud de 4.2 en la escala de Richter.
Ayer Cuba tembló aunque algunos sigan creyendo que es juego y una embarazada sentada en el balcón de un piso 14 frente al Malecón lo haya confundido con las pataditas de su pequeño próximo a nacer. En el molote de la tarde, alguien gritaba: el 2020 viene caliente, a cuidarse como gallo fino.
Texto y foto: Vladia Rosa García