Más del 20 por ciento de la población de Cuba tiene más de 60 años. Comienza a ser preocupante el envejecimiento en la isla
En una nota publicada el pasado 24 de enero en el sitio oficialista Cubadebate, se reconocían los elevados índices de envejecimiento de la población cubana: en el 2050 la isla será una de las naciones más envejecidas del mundo.
Desde el último Censo Poblacional de 2012 (cuando un 18.3 por ciento de los ciudadanos ya habían arribado a su sexta década de vida) hasta la actualidad, el porcentaje aumentó en dos puntos. Es un problema demográfico que no parece tener vuelta atrás.
Las personas que tienen 60 años o más ascienden al 20.4 % de la población. Entrevistada por Cubacomenta, la geriatra Odalys Ramírez precisa que el envejecimiento de la población cubana responde a múltiples causas. “Las biológicas, ya que existe un sistema de atención de salud que trabaja en la prevención de las enfermedades, en su diagnóstico temprano y el tratamiento y seguimiento adecuado de todas las enfermedad; lo que hace que la expectativa de vida sea mejor. Otra cuestión son las condiciones socio-económicas actuales que atentan contra la procreación y la formación de la familia. Además, puede señalarse la emigración de personas jóvenes, buscando mejoría de vida”.
Enedina tiene 73 años. Vive sola. Trabajó durante más de 30 años de costurera en un taller estatal hasta el momento de su jubilación. Cobra 450 CUP de chequera que “no alcanzan para mucho”. Para que entre un dinero extra hace algunas costuras a conocidos.
“De no ser así me fuera imposible cubrir todos los gastos. Cada día los precios aumentan más y todo se te une: la comida, la ropa, la luz, el agua, el transporte y los medicamentos. Por dondequiera son gastos y a nadie le importan los contratiempos a que las personas de la tercera edad nos enfrentamos para salir adelante”, asegura.
La prensa oficialista reitera que en el país existe el Programa Integral de Atención al Adulto Mayor que consta de tres subprogramas vinculados con lo comunitario, lo institucional y lo hospitalario. En gran parte tratan de erradicar las desigualdades que existen entre la sociedad y este grupo etario. Pero, ¿cuál es la realidad de estas personas?
“Nuestra situación me da tristeza”, declara Cristina a la edad de 68 años. “Basta con estar en las mañanas en un cuerpo de guardia, o esperando que llegue la mercancía a las farmacias para darse cuenta. No nos priorizan, ni siquiera nos brindan un trato especializado, solo nos mandan a esperar y se olvidan de que somos personas adultas, con miles de problemas, pidiendo una ayuda”.
“¿Cómo se vive en este país con 500 pesos?, ni siendo mago”, reclama Roberto. “Mis hijos me tiran una mano con algunas cositas porque yo no puedo solo, pero siempre van a existir carencias. El único sosiego que tengo es las tardes de dominó”.
“Se hartan de la seguridad social, cuidar los derechos y yo siento que estamos abandonados”, me dice cansado Antonio. “Yo no puedo ir a la tienda a comprarme un paquete de pollo, ni un pomo de aceite cuando se acaba el que me toca por la bodega. Tengo que inventar: yo con mis achaques salgo a hacer mandados para llegar a fin de mes. ¿A eso le llaman prosperidad? Falta de respeto, de eso sí estamos rodeados en el mundo de hoy”.
El sitio digital Diario de Cuba habló de este envejecimiento con la socióloga Elaine Acosta. Sus criterios aumentan las incertidumbres acerca del futuro de la población de la Tercera Edad en la isla: “Se puede concluir que, en el actual contexto, y de cumplirse las proyecciones de la población cubana, el escenario de crisis de los cuidados seguirá profundizándose y complejizándose. Por un lado, inevitablemente continuará en aumento la demanda de servicios de Geriatría, Gerontología, de Seguridad, Asistencia Social y Cuidados. Es de esperar a su vez un gran impacto sobre la economía, tomando en consideración la disminución del potencial de población con capacidad para el empleo“.
Texto y fotos: Vladia Rosa García