Ahora a Mongolia, pero durante el año pasado el Biorat se exportó a otros países. Los cubanos, sin embargo, no pueden acceder a este veneno
Los problemas con los roedores no les son ajenos a la población de Cuba, sobre todo por los temidos guayabitos. Son una especie de ratón de pequeño tamaño, pero con mucha facilidad para reproducirse. “Hubo un tiempo en que podías comprar unas pastillas de veneno que los eliminaba enseguida pero desaparecieron de las tiendas y más nunca las he visto”, comenta Armando, residente en La Habana Vieja.
En charla con esta reportera, Ernesto nos explica: “Vivía alquilado en la intersección de las calles Carlos III e Infanta. Un día vi un guayabito y le puse una trampa: vidrio escachado en pan con aceite. Ese cayó. Luego me parecía que había más porque se portaban valientes y caminaban a plena luz del día. Les puse después pan con cemento, que les tranca la digestión y los mata. Pero la cosa se puso fea; era una epidemia en todo el edificio. Todos los apartamentos estaban iguales, hubo que llamar a Vectores y que estos vinieran a fumigar. Tuve que irme de ahí. Podía coger leptospira en cualquier momento”.
Las historias se suceden mientras la agencia oficialista Prensa Latina publicaba hace pocos días este titular: Cuba comercializará en Mongolia producto para combatir roedores. En la nota se precisa que “en la actualidad unas 30 millones de hectáreas del territorio mongol están infestada de roedores”. Como es natural, el enfado crece entre quienes deben enfrentar a guayabitos y ratas dentro de la isla.
“Deberían darnos acceso a ese tipo de cosas si dicen que es tan bueno. Cuba siempre de solidario dando lo que tiene mientras se olvida de resolver los problemas internos. Hasta caminando por el Malecón a veces ves ratas pasando de una alcantarilla a otra”, reclama Ignacio.
“Mientras la suciedad por todos lados continúe, no recojan la basura durante semanas, no hay forma de eliminarlos. Los roedores y las cucarachas son síntomas de inmundicia, pobreza. Lamentablemente, aunque tu casa esté limpia, se te presentan”, opina Marta, residente en la Víbora.
“La única forma de deshacerse de la plaga es recurriendo a los viejos tiempos, improvisando trampas o pagando a los particulares para que vayan a fumigar a tu casa; pero te cobran un ojo de la cara y al final la solución no es duradera”, declara Sergio Ricardo.
La Empresa Labiofam exporta ahora veneno para ratas a Mongolia y muchos cubanos tienen que seguir recurriendo a métodos como las viejas ratoneras. Entretanto se vende como conquista que durante el pasado año el plan de exportación del Biorat superó las 67 toneladas. Entre los países a los que Cuba abastecía se mencionan Nicaragua, República Dominicana, México, El Salvador y Argelia.