Cristina Escobar regresó a Cuba “muy emancipada” al parecer; sus declaraciones al portal Cubadebate parecen ser, como mínimo, un fake new.
Si es cierto lo que planteó la periodista cubana Cristina Escobar al portal oficialista Cubadebate en una entrevista que concediera a Paquita Armas Fonseca, que el “Periodismo se enseña en Cuba como un ejercicio de emancipación”, habría que buscar ahora mismo dónde, fue que les volvieron a poner las cadenas y poner en el cepo, castigados, porque lo que a diario se ve en la prensa oficialista cubana no son precisamente las obras de periodistas “emancipados”.
Más bien pudiera decirse, sin temor a equivocarnos que, sin excepciones, todos los periodistas cubanos escriben bien vigilados de cerca, atados a la autocensura, y no son pocos los que, una vez que han burlado la valla del miedo interno a decir algo “un poco pasado de tono”, han tenido que enfrentarse con “el monstruo de las siete cabezas”.
Uno de esos periodistas que conoció durante años como su “ejercicio de emancipación” se estrellaba contra el muro del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, ríe ahora al escuchar a Cristina.
Lejos de ofrecer declaraciones dijo que prefería reír para no llorar, aunque recordó “en voz alta” que, para que sus textos vieran la luz en el diario donde él trabaja, “pasaba por al menos cuatro filtros”. El último, la oficina que, desde el Comité Central, controla todo lo que se publica en los medios oficiales de la isla.
Hay que entender entonces a Cristina. Y leer su entrevista dos y tres veces.
Al criterio de emancipación llegó ella, luego de confrontar lo aprendido con lo que otros colegas de otros países le contaron, durante el tiempo en que Escobar estuvo en Londres, cumpliendo con el cronograma de clases en la beca de estudios que se ganó.
Cabría preguntarse entonces si es posible que Cristina Escobar hubiese llegado a tal conclusión de no haber visitado Londres. Si la joven hubiese permanecido en Cuba, como regularmente hace el 90% – o más – de sus colegas de estudios en la isla, posiblemente nunca hubiese llegado a conocer el precio de escribir “emancipado”, porque controlada por su miedo interno, el de su Jefe de Corresponsalía, el del director del periódico y los simpáticos habitantes de siempre que pernoctan desde hace muchísimos años en el “cuarto oscuro”, es posible que jamás hubiese conocido que afuera, existe y se hace otro tipo de periodismo.
Aunque ella crea que no; o que el que ella hace es el mejor, porque está “emancipada”.
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por Roberto A.