Dos estudiantes fueron multadas en la terminal de ómnibus de La Habana por estar sentadas en el piso.
Les aplicaron el Decreto Ley 272 que específicamente en su artículo 17 expresa que: “se considera una infracción afectar “por cualquier forma o medio, pared, muros, fachadas, aceras, puertas, ventanas o cualquier parte exterior de las edificaciones, cines, teatros, hoteles, elevadores u otros locales abiertos al público”.
Dos jóvenes estudiantes fueron multadas con $100 pesos m/n cada una por una inspectora que las sorprendió sentadas en el piso de la Terminal de Ómnibus de La Habana, en un ¿nuevo? caso de absurdo y abuso que recoge esta mañana el portal 14ymedio.
Aunque es una verdad de Perogrullo que la terminal de ómnibus de La Habana no cuenta con los requerimientos para hacer cómoda la estancia de quienes la frecuentan, la inspectora agarró el talonario y multó a las jóvenes, sin siquiera importarle que la evidencia le caía encima de su cabeza, como si fuera la manzana de Newton.
14ymedio expresa lo que desde hace decenas de años es una “verdad histórica”. Nunca, que se sepa, el número de asientos en toda la terminal de ómnibus de La Habana ha sido superior al número de viajeros que en ella entran. Lo digo yo, frecuente viajero semana tras semana, que durmió en butacones de la “extinta” Lista de Espera en la parte superior. Que se sentó en muros y en el piso. Y durmió donde pudo dentro de la Terminal.
El que se cansa se sienta, donde sea.
La espera termina en cansancio, y a falta de asientos, un piso es la solución no solo en La Habana.
Yo lo he visto en Barajas, Madrid; El Prat, Barcelona; en el aeropuerto de Frankfurt, Alemania; en el de Lisboa, Portugal; en Chicago, Austin, Miami. En todos, absolutamente en todos, los viajeros cansados se recuestan en los asientos y hasta duermen en el piso sin que nadie los moleste. Sin que venga un inspector a multarlos.
Sin embargo, tal y como explica 14ymedio, en La Habana, esa capital de un país donde las leyes parecen ser tan distintas al resto del Universo, una inspectora multó a dos jóvenes con $100 pesos moneda nacional por eso: por sentarse en el piso.
Según explica el portal noticioso la contravención está amparada – al criterio de la inspectora, claro está – en el Decreto Ley 272, que específicamente en su artículo 17 expresa que: “se considera una infracción afectar “por cualquier forma o medio, pared, muros, fachadas, aceras, puertas, ventanas o cualquier parte exterior de las edificaciones, cines, teatros, hoteles, elevadores u otros locales abiertos al público”. 14ymedio señala que en la Terminal de ómnibus ni siquiera existe un cartel que indique la prohibición.
No está claro para este redactor en qué manera sentarse en el piso puede afectar el piso, pero en la finca de Teodoro suelen suceder estas atrocidades.
Lo digo yo, que en el año 1989 fui multado por “afear el ornato público” por andar en short y camiseta en el Conejito de Nueva Paz, y al ir a reclamar la multa que, supuestamente era de $25 pesos, el inspector ejecutante me había aplicado un artículo y un inciso de otra cosa, cuya cuota mínima era de $300 pesos moneda nacional.