Trump habló de puestos de trabajos, de atracción de la inversión extranjera, pero negó – como siempre – el cambio climático, y aludió a que en el pasado “los expertos” han hecho predicciones económicas y demográficas que no se han cumplido.
El Foro Mundial de Davos, Suiza, se calentó este martes con la presencia del mandatario estadounidense Donald Trump quien, haciendo un alarde de su gestión presidencial, ponderó el poderío económico alcanzado por los EE.UU. bajo su mandato y negó el llamado “cambio climático”, incluso delante del rostro del movimiento ambientalista a nivel mundial: la adolescente Greta Thunberg.
Varios medios y agencias se hicieron eco del “encontronazo”, que vamos, no fue tal, pero el morbo que significa la presencia de ambos en el cónclave dejó la mesa servida para nosotros, los periodistas.
“Cuando hablé en este foro hace dos años, les dije que habíamos lanzado el gran regreso estadounidense”, expresó Trump, y continuó diciendo:
“Hoy me enorgullece declarar que Estados Unidos se encuentra en medio de un boom económico como nunca antes había visto el mundo”, instantes antes de decir que bajo su égida, el país norteño había creado 7 millones de empleos.
“En la primera mitad de 2019 atrajimos un 25% de toda la Inversión Extranjera Directa del mundo”, siguió diciendo el mandatario, para luego decir que “los demás países deberían tomar ejemplo” del modelo económico norteamericano que, según él, “que pone a los ciudadanos primero”, frases que al premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, le parecieron “mentiras y cifras falsas”.
Trump se convirtió “paladín” en la lucha contra la pobreza y llamó a priorizar el desarrollo, olvidando tal vez que es precisamente su país, quien controla la mayoría de las patentes industriales en el planeta, y que los países pobres, entre un millón de cosas que necesitan está eso, el acceso a las patentes.
El magnate republicano pidió rechazar a «los profetas de la destrucción que predicen el apocalipsis», esto es “el fin de los tiempos”, o lo que es lo mismo: insistió, a pesar de las fuertes críticas recibidas y los reclamos de organizaciones defensoras del medioambiente en el pasado, en negar los efectos del cambio climático, una postura condenada en múltiples ocasiones por activistas ambientalistas de todo el orbe.
“Predijeron una crisis de sobrepoblación en los años sesenta, una hambruna masiva en los años setenta y el fin del petróleo en la década de 1990. Estos alarmistas siempre exigen lo mismo: poder absoluto para dominar, transformar y controlar cada aspecto de nuestras vidas,” señaló Trump y aprovechó para lanzar un dardo contra los demócratas, a quienes enfrentarán en noviembre en las urnas.
“Nunca dejaremos a los socialistas radicales destruir nuestra economía, destrozar nuestro país o acabar con nuestra libertad”, puntualizó.
Instantes antes de que Trump hablase, el podio fue ocupado por la joven sueca Greta Thunberg. Esta, sin cortapisas, y fiel a su estilo, acusó a los líderes políticos de no hacer nada para evitar el calentamiento global.
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Greta volvió a enjuiciar a quienes ponen la salud económica de sus países por delante de la salud del planeta Tierra, en el cual todos vivimos; ricos y pobres, empresarios y obreros.
Thunberg, en su discurso, abogó por eliminar las emisiones de carbono en su totalidad y resaltó la necesidad de cumplir con el Acuerdo de París de 2015, una posición que contrasta con la de la administración Trump, que el pasado 4 de noviembre de 2019 notificó formalmente a la Organización de Naciones Unidas que retirará a Estados Unidos del convenio.
“Nuestra casa está ardiendo, vuestra inacción aviva las llamas cada hora que pasa”, expresó la joven.
“La gente es más consciente ahora de lo que pasa y el clima y el calentamiento global son cuestiones que ya están sobre la mesa en estos momentos”, continuó diciendo.
195 naciones son signatarios del Acuerdo de París del 2015, un mecanismo dirigido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a ayudar a los países en vías de desarrollo a hacer frente a los efectos del cambio climático.
