En Cuba muchos negocios privados tienen puesta su esperanza en los viajes de quienes viven en Miami y aprovecharán los últimos charter
Luego del anuncio de la suspensión de los vuelos charter al interior de Cuba, dejando como único destino posible el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, la preocupación de los habitantes de la isla ha aumentado.
La medida del pasado 10 de enero se hará efectiva en 60 días. Los charter significaron por algún tiempo la principal vía de transporte entre Miami y el territorio nacional, luego de las restricciones a las aerolíneas comerciales American Airlines, Delta y JetBlue.
En estos dos meses hasta marzo muchos negocios privados ponen sus esperanzas: esperan un aumento considerable en las visitas de cubanos desde Miami . “Estas semanas las ganancias deben dispararse, pero la felicidad durará muy poco tiempo”, afirma Ernesto, dependiente de una paladar en la calle Obispo.
Varios familiares confirman a Cubacomenta la llegada de sus seres queridos en lo que resta de mes y sobre todo para febrero. “Mi hijo siempre ha dicho que esto no deja de extrañarse. Antes entraba con bastante frecuencia pero con las nuevas reglamentaciones está casi seguro de que no podrá venir tanto. Dentro de unos días está aquí y pienso aprovecharlo al máximo”, aclara Carmen.
Rosmeri vende artesanías en la feria de 23, en el Vedado: “Tengo todo preparado para la etapa que se avecina. Los souvenirs más pequeños como llaveros, broches, maracas en versión miniatura, billeteras, cerámicas distintivas de Cuba es lo que más gusta a los de Miami. Es un recuerdo pequeño que lo puedes llevar a muchos lados sin ocupar espacio y a la vez te pone cerca de tu lugar de origen. Debemos aprovechar estos días porque luego no se sabe cómo vendrá la cosa”.
Rubén trabaja con personal extranjero como chofer hace cuatro años: “Cuando los cruceros las cosas eran diferentes, pero después el negocio lo llenaban personas que vienen a visitar su casa y no escatiman en pasarse los pocos días aquí de la mejor manera”. Se avecina un corto período de buenos augurios para los trabajadores privados, pero el futuro cada vez se hace más incierto.
Texto y foto: Vladia Rosa García