Hace 9 meses, un grupo de jóvenes realizó una limpieza descomunal en la desembocadura del Río Quibú. La imagen que muestra el río en este 2020, es la misma.
Dice la canción del cantautor cubano Frank Delgado, que el Río Quibú “nació en la espuma sideral de una laguna podrida”.
“De los residuos de un central y alguna lluvia caída,” continúa diciendo Frank en su canción que habla sobre un río muy famoso en La Habana, opacado tal vez por el “linaje” del Almendares, pero fatídico como muchos otros en el país, de no haber tenido “en su abolengo un manantial por nacimiento.”
El río, con el tiempo – dice Frank – “se fue acercando a la ciudad atravesando favelas, contaminando el hábitat y el olor de las cazuelas.”
Sí, aunque muchos se resistan a creerlo, el Río Quibú parece haber nacido maldito, con una muerte prematura decretada a la cual no pocos habaneros conscientes del medio ambiente se resisten a creer. Habaneros que, duele decirlo, al parecer son inferiores en número a los muchos que, por no caminar una cuadra – digamos – lanzan una botellita plástica al río.
“Con sus orillas sucias que sin ser días festivos amanecen llenas de preservativos.”
Hace relativamente poco tiempo, unos nueve meses, un grupo inmenso de jóvenes se dio a la tarea de limpiar las márgenes en la desembocadura del río. Las imágenes de la titánica jornada se divulgaron por las redes sociales como pólvora, y fue de gran júbilo para muchos que, como este redactor, se esperanzaron en ese momento de que el río Quibú, en La Habana, alguna vez en su historia tendría – o volvería a tener – el título que ostenta.
https://www.facebook.com/NaturalezaSecretadeCuba/posts/2246948212216427
Sin embargo, duele decirlo, las fotos divulgadas hace apenas unas horas, muestran la desolada imagen que ostenta el Quibú; que es la misma que tenía hace nueve meses.
Llantas de autos, prendas de vestir, recipientes de vidrio, cubos plásticos, bolsas de shopping y nylons grandes; botellas de plástico y otros muchos deshechos, inclasificables algunos, “adornan” el río actualmente.
Son la triste imagen del deterioro de un río, y la muestra más palpable que, dentro de la ciudad, persisten los indisciplinados que se empeñan en hacerle daño al planeta que viven.
“A dónde va ese río con su causa y su desgracia y la mierda de la antigua aristocracia”.
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