Una mujer identificada como Lázara Maseda escribió al diario Juventud Rebelde para alertar sobre un hecho verdaderamente doloroso. En el policlínico Machaco Ameijeiras, del municipio capitalino de Guanabacoa, los médicos no tenían modelos de recetas para prescribir la medicación a los pacientes.
Es decir: a los problemas harto conocidos de faltantes de determinados medicamentos esta mujer tuvo que enfrentar un problema mayor: el médico no le pudo recetar el medicamento porque no tenía el “papelito” para prescribirla.
En su carta la mujer aludía a la voluntad de la Revolución para encontrar las soluciones, pero se notaba sumamente apesumbrada porque, en el políclinico de marras, también faltaban los modelos de “certificados médicos para los medicamentos por tarjetones, ni certificados para las dietas médicas; un total desastre”.
Tras un severo análisis entre los miembros de una comisión creada al efecto, finalmente se llegó a la triste conclusión que la quejosa tenía razón, y aludieron a una inestabilidad en el suministro de los modelos por parte de los administrativos de la Dirección Municipal de Salud.
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En el informe que emitieron como respuesta a la columna de Acuse de Recibo, señalan otro grupo de incumplimientos, lo cual “traduce una ineficiente gestión administrativa para garantizar la cobertura de tan importante recurso”, pero se dice que “se rectificó y solucionó”.
Tras la denuncia del faltantes de recetas, que como se desprende de la nota tuvo que venir de un “agente externo” y no de un control interno, “se aplicaron medidas organizativas y disciplinarias”, por supuesto, a los eslabones más débiles de la cadena.
“A la jefa del Departamento de Medicamentos del policlínico Machaco Ameijeiras y a la administradora de ese centro asistencial se les aplicó un descuento del 25 por ciento de sus respectivos salarios por un mes, «por la falta de control y seguimiento hasta el final del proceso de entrega de las recetas médicas a los profesionales”, dice la nota, mientras que “a la directora del policlínico, el administrador de la Dirección Municipal de Salud, la fármacoepidemióloga municipal y la jefa del Departamento Municipal de Medicamentos, se les aplicaron amonestaciones ante el Consejo de Dirección, «por falta de gestión y control».
Explica la respuesta que el caso se hizo público, “en la reunión de directores municipales de Salud en la provincia de La Habana, para que hechos como este no se reiteren”, pero tiraron la toalla al decir que “los miembros del Consejo de Dirección Municipal de Salud en Guanabacoa son de reciente incorporación.”
