Meghan Markle pudiera estar dispuesta a contarlo “todo”, y es posible que ese “todo”, no deje muy bien parada ni a la Reina Isabel ni a la familia real británica.

El alejamiento definitivo de Meghan Markle de la realeza británica le está trayendo no pocos dolores de cabeza a la Reina Isabel.

Según diarios “sensacionalistas” de Inglaterra, Markle parece ser la que “plantó” y dijo NO MÁS y con ello provocó que el príncipe Harry  renunciara a sus obligaciones y privilegios como miembro de la Corona británica; un notición que no le cayó para nada bien a la Reina, quien estaría intentándolo todo para que Harry, al menos, no renuncie del todo a su rol como duque de Sussex y que continúe ligado a la realeza de alguna forma.

Es decir: la recia Isabel había admitido que Harry estaba decidido a renunciar a la vida real, algo que no es primera vez que sucede en la vieja Albión. Un tío suyo también lo hizo, en el pasado, e Inglaterra no se desmoronó ni mucho menos.

Y es que tanto al tío de Harry, como al Harry mismo, vivir de manera tan estricta no les asentó nunca. Al enamorarse y casarse con una actriz, era de esperar que el amor por la vida bohemia saliera a relucir de un momento a otro. Para un niño que se crío con ciertas “libertades”, impulsada por su madre, Lady Diana, quien también no las tenía todas consigo a la hora de vivir obedeciendo los protocolos, esta salida de palacio era una jugada que siempre estuvo sobre la mesa.

Pues bien, según el diario británico The Sunday Times, la Reina Isabel ha admitido al parecer que Harry es más moderno que protocolar y real y ha comenzado a mover sus fichas para aceptar esta “transición”.

Sin embargo, el mayor temor de Isabel pudiera ser otro.

El periodista Tom Bradby, el mismo que los entrevistó durante el documental ‘Harry & Meghan: An African Journey’ (un documental que generó fuertes disgustos dentro del círculo más estrecho de la realeza de Buckingham), Megan pudiera “volver a dar una entrevista”, la cual estaría sujeta al modo en que Isabel maneje la separación de su nieto. Es decir, si la Reina – y entiéndase con ello la Familia Real Británica – la dejan a ella y a Harry “en santa paz”, Megan pudiera ser “dulce” en la entrevista que le de a Brady; por el contrario, si la Reina se muestra reticente al cambio “moderno” en su nieto, ella pudiera sacar a relucir unas cuantas cuentas pendientes que le guarda a la Reina. Eso mismo que Usted está pensando: los trapitos al aire.

Y si bien fueron pocos los días que Meghan formó parte de la familia real, los de Harry sí que fueron bastantes, y no parece que al joven enamorado le cueste mucho decir la verdad sobre los modos en que a su abuela le gusta manejar las cosas en Palacio.

«Tengo una idea de lo que podría transmitirse en una entrevista completa, sin filtros y no creo que sea bonito», sostuvo Bradby en «The Sunday Times». Según el diario, si Meghan habla, la Reina Isabel y su familia pudieran quedar ante la opinión pública como “sexistas, clasistas y hasta racistas; algo que doscientos años atrás hubiera importado un soberano comino en Buckingham, pero que ahora en pleno año 2020 dañaría de forma permanente su imagen. Y a eso, ella, le tiene pánico.

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