La ciudad de Cienfuegos siempre se preció de tener buenos restaurantes. Dos de los “viejos”, El Pollito y La Plaza, reabrieron sus puertas recientemente.
Aunque todavía la gastronomía cienfueguera ‘ y su gente – añoran los días en que Nelson Torres era el Primer Secretario de la provincia, el diario 5 de septiembre nos acercó esta semana a dos restaurantes emblemáticos de la cabecera provincial: El Pollito y el Restaurante de la Plaza.
Al parecer, las cosas van bien con la comida en Cienfuegos, si uno se guía por las cosas que dice el heraldo provincial, que en un arranque de pasión ¿gastronómica? menciona la palabra “cien pesos” y dice que es “un precio módico”
Pero… vayamos por partes.
El Pollito reabrió sus puertas recientemente con una “variada oferta” e ” imagen renovada”, y según “El 5” allí se percibe “aprecio limpieza, organización y un trato afable.”
El cambio empezó por la terraza, pero luego pasaron hacia dentro y “se cambiaron pisos, pintamos y se hicieron algunas otras reparaciones”.
Un cambio “en la unidad completa” que al final como todo “lo nuevo”, provocó la llegada del público.
“Estamos muy contentos, porque hemos visto los resultados: las ventas han aumentado; y los clientes nos dicen que están muy contentos y la unidad quedó muy bonita”, expresó Sonia Aguilar Cabrera, la administradora.
“Desde la terraza hasta el salón todo ha quedado bello,” expresó Anagelis Villa Enríquez, capitana de salón, con 22 años de trabajo en el restaurante; mientras que el barman del lobby-bar, Juan Carlos Godoy Calderín, dijo que trabajar ahí “es el sueño de cualquier cantinero”.
Mérito aparte para Betzaida Vera Sarría, cocinera principal hace diez años en el “El Pollito”, quien como toda una Master Chef expresa que “la profesión de cocina no es poner un plato de comida por ponerlo; es un arte.”
“En lo que a mí respecta, cada día me esfuerzo por poner un poquito más para que todo salga mejor. La cocina es parte de mi vida, yo cocino aquí como en mi casa; me gusta que celebren mi comida. Siempre pido opiniones para saber qué me falta y cómo hacerlo mejor”.
Pollo asado, pollo relleno, cucuruchos de pollo, puntas de pechuga y alitas de pollo, son algunas de las variedades que tiene ahora “El Pollito”.
“El Restaurante de La Plaza”, ahora es buffet.
Más variada es la comida en el restaurante de “La Plaza”, un sitio que en su momento competía por ese uno de los mejores restaurantes de toda la ciudad, en una época donde no había paladares y todo se limitaba a “El Pollito”, “El Mandarín”, “El Polinesio”, “El Cochinito” y “El Covadonga”.
Con el paso del tiempo el restaurante fue quedando rezagado en la oferta y en la demanda, hasta parecer un fantasma en medio de una plazoleta que, todavía con algún júbilo o resignación acogía los actos políticos en la provincia.
Ahora, el restaurante de La Plaza se estrena en la modalidad de “buffet”, a saber hasta cuándo durará la variedad en las frutas y alimentos.
Su estreno fue por todo lo alto. Una hora para comer y un “módico precio de $100 pesos” es la carta de la presentación del inmueble. Los menores, de 5 a 12 años, pagan $50, y las bebidas no entran dentro del “paquete”.
“Las ofertas van desde variedades de platos fuertes, arroces, caldos, dulces caseros y finos, helados, panes, frutas, vegetales, viandas, aderezos, pastas, sopas, entre otros, preparados en la propia cocina del ‘Plaza’, por un profesional colectivo,” asegura al diario cienfueguero su administradora, Yusimí Figueredo Ramírez.
“Los comensales pueden permanecer durante una hora en el salón, donde podrán consumir todo lo que allí se pone a su disposición.
Por $100 pesos, no está mal “comer todo lo que puedas”, lo extraño es llamarle módico a la cifra.
En cinco visitas al Buffet de La Plaza, se le va el salario del mes a Maritza; y a Paquito, y miles de cienfuegueros más.
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