El ají cachucha es un ingrediente que te puede salvar cualquier plato, pero donde sí no puede faltar es en los frijoles negros cubanos

Dice Diana que ella nunca ha sido buena cocinera. “He tenido que aprender por cosas de la vida. A la cocina solo entraba cuando tenía hambre. Entre los pocos consejos que recuerda está la explicación de cómo hacer un pedacito de carne: con ají cachucha. Sirve para todo. Asegura que desde entonces en su refrigerador no falta este ingrediente.

El cachucha suele ser de los más preciados en la cultura culinaria de la isla debido a su aroma y color. “Lo mejor es que no necesita estar maduro para utilizarse. No importa si es verde, naranja o rojo, el gusto que le da a la comida es incomparable”, comenta Margarita, ayudante de cocina de una paladar. “Eso no tiene ciencia, le quitas las semillas de adentro y lo picas en porciones pequeñas, y ¡para el caldero! de lo demás se encargan ellos”.

Carmen manifiesta que cansada de dar 10 CUP casi diarios por un estuche de estos, sembró una planta. “Se logró sin mucha ayuda. Como está en el patio se moja cuando llueve. Si se seca, a los días vuelve a resurgir y lo más bonito es que hay ají gratis para rato”, jaranea la señora.

Quienes saben del arte culinario concuerdan que nunca está de más tener un cachucha para cualquier dificultad que se presente en el fogón. Ahora “donde no puede faltar es en los frijoles negros”. La esencia que desprenden los granos, mientras llegan a su punto de ebullición y se cuajan, es inconfundible. “Este plato en mi casa siempre lo hace mis esposo, le queda mejor que a mí. Será porque me gasta cuanto ají encuentre”, aclara Onilda.

En todos los hogares cubanos, no obstante, hay platos en los que mejor no dejar muy a la vista el ají cachucha. Así le sucede a Amalia. “A la niña no le gusta, se pasa horas revisando para sacarlos porque si no, no come. Trato de arrojarlos enteros para quitarlos más fácil”. Aun así, ella apuesta por este gustillo en su sazón y busca alternativas.

“Los más maduros los hecho con vinagre en un pomo y sale un mojo exquisito. Eso es lo que le agrego a las elaboraciones. Igual quedan perfectas”.

También son útiles para las proteínas en salsa, sobre todo res y cerdo. Junto al ajo, la cebolla y el puré de tomate hacen una combinación potente. “Cuando más lo utilizo es para hacer fricasé de puerco, creo que así se aprovecha más”, afirma Eneida, “y si acompañas la carne con un congrí”, que igual debe poseer el toque mágico del cachucha, “preparas la cena perfecta”.

A las cinco de la tarde, al llegar del trabajo, lo primero que hace es sacar el componente estrella de su cuarto de cocina. “No importa si no tengo claro el menú, antes pongo el ají en la meseta”, precisa Rosa. El cachucha, con el sabor que aporta, saca siempre de apuros.

Texto y foto: Vladia Rosa García


 

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