En la entrevista, hecha por la periodista Ana Margarita González, esta asegura que Arnaldo es “El Talismán de Ceballos”, y que de ese chico adolescente que quería largarse del país como muchos otros de su generación y de generaciones posteriores, al parecer ya no queda nada.
“Cuando terminé la ENA en el curso 1995-96, estábamos en pleno período especial, mis amigos se marchaban de Cuba en busca de mejorar su economía, yo estuve a punto de marcharme también,” confesó el cantautor cubano Arnaldo Rodríguez (Arnaldo y su Talismán) en una entrevista que publicara el diario Trabajadores el pasado 2 de enero.
“El Mulato Acelerao” sin embargo, dio seguidamente razones por las cuáles se quedó, un hecho que atribuyó a que él, desde esa época “tomaba decisiones sólidas”.
“Desde muy joven decidí que mi vida la haría en la patria. Mis padres me ayudaban económicamente, y me daban lo que podían. Eso deja huellas: a veces me paso un año con la misma ropa y no es por falta de dinero… La gente dice: ¡¡qué sencillo eres!! Y no estoy seguro de esto, creo que en realidad soy humilde. Sencillo no soy, soy bastante complejo (risas); la humildad la heredé de mis padres, a los cuales les debo todo lo que soy”, confesó el cantautor.
En la entrevista, hecha por la periodista Ana Margarita González, esta asegura que Arnaldo es “El Talismán de Ceballos”, y que de ese chico adolescente que quería largarse del país como muchos otros de su generación y de generaciones posteriores, al parecer ya no queda nada.
“Arnaldo es dirigente sindical de base, miembro del Consejo Nacional de la CTC”, expresa Ana Margarita de quien define que “el sindicato es una labor constante, de naturaleza conflictiva, que exige conocimientos y habilidad política para el trabajo ideológico con la masa obrera.”
“Estoy comprometido con mi país, con su historia y su proyecto social. Esto me ha costado broncas y algunas enemistades, pero bueno… yo respeto a los demás para que me respeten a mí”, señaló en la entrevista.
Arnaldo posee en La Habana una paladar, nombrada “Talismán”, la cual según testimonios es visitada frecuentemente por turistas, dejados en ómnibus de Transtur aunque, no figura entre las mejores veinte paladares de La Habana, según varias fuentes consultadas.