Tal descontrol propició que la Empresa Nacional de Astilleros tuviera un significativo cumplimiento del Plan de Ventas, tras lo cual el pago del salario por estímulo a los trabajadores también fue “ficticio”, por cuanto partía de una violación.
Un anónimo enviado a la Contraloría General de la República de Cuba, desencadenó una investigación en la Empresa Nacional de “Astilleros que culminó con la detención de 12 funcionarios tras detectarse que la entidad, había violado su objeto social y como tal hizo compras desmedidas de alcohol.
El suceso vio la luz en la prensa oficial cubana, en lo que a muchos le recordó los años de la “rectificación de errores”, cuando este tipo de “explote” y denuncias con “anónimos”, desencadenó no pocas investigaciones que culminaron con no pocos funcionarios de patitas en sus casas, algunos de ellos desmoralizados publicamente.
La Contraloría General de la República dictaminó que en la Empresa Nacional de “Astilleros” perteneciente al Grupo Empresarial Marítimo Portuario (Gemar), que a su vez es atendido por el Ministerio de Transporte, ocurrieron “deficiencias” en el control interno y “prácticas nocivas mantenidas durante años” que permitieron durante todo ese tiempo hechos delictivos a contra pelo del objeto social de la empresa.
En específico, se detectó una compra desmedidas de bebidas alcohólicas en el período comprendido entre enero del 2018 y marzo del 2019; un hecho que fue posible “gracias” a que el centro recreativo La Gaviota, propiedad de la unidad empresarial básica (UEB) CEVRAL subordinada a la empresa Astilleros, poseía una licencia comercial que le permitía la compra autorizada de estos productos para la prestación de servicios.
Sin embargo, la Contraloría detectó que los mismos eran vendidos a sus trabajadores y a otras entidades con demasiada frecuencia, sin que siquiera existiese un control ni respaldo de documentos que justificaran tales procederes.
Rones, vinos, cervezas, vodka, tequila y otras bebidas, fueron vendidas en 47 ocasiones a los trabajadores. En total fueron 76 mil 963 unidades, compradas y vendidas sin estar justificadas.
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Tal descontrol propició que la Empresa Nacional de Astilleros tuviera un significativo cumplimiento del Plan de Ventas, tras lo cual el pago del salario por estímulo a los trabajadores también fue “ficticio”, por cuanto partía de una violación.
El diario Trabajadores expresa que fueron 12 los ejecutivos y trabajadores implicados y sometidos a proceso penal, pero no fueron divulgadas sus identidades, ni funciones que ejecutaban en la trama delictiva, ni cuáles fueron las sanciones.
