Las competencias de fisiculturismo en Cuba ocurren habitualmente en teatros. Pero, ¿quienes compiten? y ¿cómo se preparan?
Con la moda de los gimnasios en Cuba, cada vez con mayor frecuencia se advierte la presencia de “fuertones” y “fuertonas” por las calles; sin embargo, pocos saben del auge de esa práctica en la isla ya en la primera mitad del siglo XX, y gracias a la popularidad del italonorteamericano Charles Atlas y su método de entrenamiento, divulgado en folletos que llegaban por correo postal a medio mundo.
Tampoco es muy conocida entre nosotros la existencia de una Federación Unida de Fisicoculturismo Cubano (FUFC), que aun sin el reconocimiento de la Ley 54 de Asociaciones de Cuba, ni del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), ha aunado un grupo de esfuerzos para hacer visible esta práctica en el país y organizar competencias como la ocurrida el 23 de noviembre de 2019, que incluyó varias categorías y modalidades.
Los eventos generalmente se celebran en teatros, luego del diálogo con algunas autoridades que los dejan pasar como actividades “culturales” de modelaje, tal vez recordando a los pioneros de este deporte que se inspiraron en los grandes ejemplos de la escultura griega, o a algunos fotógrafos cubanos que adoptaron como modelos a los fisiculturistas criollos de su tiempo.
Mantenerse en forma, una tarea difícil pero no imposible
Yoel Carrió, fisiculturista y entrenador, estudió una maestría en Ciencias de la Cultura Física y el Deporte, y lleva ya varios años compitiendo y preparando a otros para certámenes. Comparte con Cubacomenta sus inicios en este mundo y cómo ha podido mantenerse pese a las carencias: “Fui aplicando algunas cosas que aprendí en mi carrera e incorporé mucha literatura norteamericana, pues ellos son los que actualmente dominan esta práctica. Fueron cambios determinantes en la rutina de vida, pues transformas completamente tu alimentación, debes mantener rigor en el entrenamiento, porque ya tu cuerpo no es para la calle, sino para competencias.
»Busqué alimentos iguales o similares a los sugeridos por las guías internacionales. Existen dos tipos de dieta; para un plan de masas, el 75% de lo que comes es carbohidrato y el resto, proteínas, grasas y vegetales. Cuando quieres definición, disminuyes ese carbohidrato en un 30%, aumentas la proteína, y mantienes los otros elementos. En un país tan cálido es imprescindible hidratarse mucho.
»Yo generalmente desayuno avena con leche descremada, que aquí en Cuba le llaman ‘de diabéticos’, entre 5 y 6 huevos, y platanitos. Luego meriendo esa misma avena, platanitos y leche; en el almuerzo como arroz blanco con algo de proteína, que generalmente es carne de cerdo o pollo”.
En la isla resulta bastante complicado conseguir los suplementos dietéticos y alimenticios; por lo general, no se venden en las tiendas estatales y los interesados deberán acudir a sitios de clasificados o comercios informales. Aquí llegan con un precio incrementado que oscila entre los 25 y los 60 CUC por cada uno. Además, a esto se le suma la dieta que deben realizar desde tres meses antes de la competencia, que ronda entre los 200 y 350 CUC. Los ganadores reciben algunos productos, pero los premios en metálico están prohibidos, por lo cual la inversión, en términos de dinero, no se recupera.
Enfrentando mitos, prejuicios y dificultades
Bárbara Mirelys Cepero, de 27 años, recién comienza en este mundo. Compitió en el pasado concurso y quedó finalista en la categoría Biquini, pensada para mujeres delgadas que no desarrollan una gran musculatura. Aquí se toman en cuenta elementos como la figura, la presencia escénica y el trabajo y definición en diferentes zonas del cuerpo.
“Antes no me gustaba el fisiculturismo, pues solo sabía de categorías grandes, pero cuando agregaron el fitness mis compañeros me embullaron y participé en la primera competencia. En la calle casi todo el mundo tiene la idea de que solo se trata de categorías grandes, y te dicen: ‘¡No lo vayas a hacer!’ ‘¡Te vas a deformar!’ Es un poco complicado explicarles a las personas, tenía que andar con fotos para que vieran cómo iba a competir.
»La preparación es muy fuerte, entreno dos horas diarias, con ejercicios que generalmente solo hacen los hombres: bíceps, tríceps, planchas y otros para las piernas. Dieta estricta tuve solo un mes; en otros países las competidoras se someten a ella mucho antes, pero para mí era imposible cumplirla tanto tiempo. Por un lado, nunca había hecho esto, y por otro, conspiran la economía y las dificultades para conseguir las cosas”.
Olivia McCarthy, cirujana de profesión, es otra de las jóvenes que se aventuran a prepararse. Por su constitución más corpulenta, entrena buscando masa muscular para competir en categorías mayores. Al principio resultaba extraño para sus compañeros, pero luego han constatado los amplios beneficios para su desempeño: “Mi familia estaba acostumbrada a verme así porque siempre he practicado deportes y he estado un poco más fuerte que la norma. En mi centro laboral al principio sí les parecía raro ver a una mujer con músculos más desarrollados de lo habitual. Mitos sobre algo que se sale de las normas sociales siempre van a existir; sin embargo, el esfuerzo que lleva alcanzar una categoría mayor es algo admirable. Si logro llegar ahí, puedo decir que he dado un gran paso en mi vida. Laboralmente rindo mucho más pues estoy activa y me canso menos, es una ventaja que tengo”.
Dopaje y aceite de maní, fantasmas que acompañan a los amantes del fisiculturismo
Según los entrevistados, el elemento principal esgrimido para no reconocer esta práctica como deporte por parte de las autoridades es su vínculo directo con el uso de esteroides anabólicos y otras sustancias prohibidas. Héctor Adán, de 33 años, reflexiona sobre este criterio: “El fisiculturismo es un deporte extremo, es llevar el cuerpo humano al límite. Muchos usan anabólicos o aceite de maní para lograrlo, pero nadie te obliga. Tú eres mayor de edad y puedes elegir; yo personalmente, no se lo recomiendo a nadie”.
Por su parte, el entrenador Carrió afirma que todo está en saber qué se está usando y para qué: “Cuando le pasa algo a un fisiculturista, culpan al esteroide, pero muchas veces no está directamente relacionado; los diuréticos, por ejemplo, son mucho más dañinos. Con respecto al aceite, en Estados Unidos hay un producto llamado Synthol, que es de base oleosa, pero tiene alcohol bencílico y otros componentes que lo hacen bastante higiénico, sin dejar de ser riesgoso. Los cubanos aquí acceden a lo que se le llama aceite de maní, pero muchas veces es de girasol o de oliva. La gente piensa que es lo mismo, pero con el producto original se usa solo uno o dos centímetros cúbicos, y con este necesitas hasta 30, por eso es tan peligroso, pues el tejido puede necrosarse y terminas en un salón de operaciones”.
Avances, retrocesos, ventajas y anhelos
En 2019 se compitió por primera vez en los Juegos Panamericanos en esta categoría, pero se trata de un tipo de fisiculturismo muy natural, que prescinde de muchos suplementos que desarrollan el cuerpo al extremo. Por otro lado, la difusión que se le dio en los medios nacionales fue muy baja.
Si bien no todos los cubanos se pueden permitir la práctica de este deporte, cada vez son más quienes optan por trabajar su cuerpo, ya sea de forma amateur o con el objetivo de competir. Las redes sociales han revolucionado la manera de comunicarse en la isla y muchos conocen de las competencias y buscan información sobre el tema. La incorporación de nuevas categorías en los concursos por parte de la FUFC ha dado la posibilidad de elegir entre varios caminos.
Danyer Díaz, quien ha competido como Men’s Physique, hoy reconoce los amplios beneficios que ha traído para su vida y anhela que el fenómeno pueda ser analizado con otro enfoque: “Casi todos los deportes tienen que pasar por los gimnasios. Entonces, ¿por qué no nos reconocen? Deberían vernos con otros ojos, pues llevamos un año entero preparándonos para ser mejores. A mí me ha mejorado como persona en ponerme metas y ser estricto. Además, aprendes mucho de los otros, por eso siempre recomiendo a los que se inician que no se desesperen, y busquen ayuda profesional”.
Yoel Carrió concluye con un mensaje claro para aquellos que se interesen por entrar en este mundo, porque hay diversos caminos y cada cual debe tener claro el que va a elegir: “Existen muchos mitos acerca de nosotros, pero nadie le dice algo al paracaidista o al alpinista porque arriesgan la vida. La gente ve el fisiculturismo como algo extremo y difícil de lograr, mas ahora mismo es totalmente posible, pues existe un diapasón muy amplio de categorías tanto para hombres como para mujeres. Es la posibilidad de no pasar inadvertido en la vida.
»Es un sacrificio que tienes que hacer. Yo siempre recomiendo el ejercicio como algo saludable, pero si alguien quiere competir, le advierto que eso lleva un esfuerzo que no se rentabiliza para nada. En cuanto a los gastos, es una inversión que haces y tienes que estar dispuesto a asumirla, como si te fueras a comprar una laptop o un celular”.
Fernando Vargas