Autoridades de salud de Estados Unidos aprobaron un nuevo test para detectar la COVID-19, el cual fue probado durante un mes en los jugadores de baloncesto de la NBA.
La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) autorizó de forma urgente el uso de un test de saliva para identificar el coronavirus, que parece ser más prometedor que los anteriores que empleaban muestras similares.
La prueba fue desarrollada por investigadores de la universidad de Yale y sus resultados fueron comprobados desde el mes de junio en colaboración con la máxima competencia de baloncesto del mundo, indica un reporte de EFE replicado por El Nuevo Herald.
La información explica que este examen, el quinto test de saliva que autoriza la FDA para detectar el coronavirus, ha despertado muchas esperanzas porque al contrario de lo otros, “no requiere un instrumento específico para registrar la muestra, sino que la saliva puede almacenarse en cualquier contenedor estéril y enviarse para su examen”.
Este es “especialmente prometedor” para los especialistas porque “no requiere atravesar un paso extra para separar el ácido nucleico, lo que evita el problema de escasez de los kits empleados para esa operación”.
Estas características harán más barato el test de saliva con respecto al que se realiza mediante el hisopado nasal, porque almacenar las muestras apenas costará entre uno y cinco dólares, y podrán ser analizadas en cualquier laboratorio para su examen.
“Dar este tipo de flexibilidad para procesar las muestras de saliva y ver si hay infección por COVID-19 es revolucionario en cuanto a su eficiencia y a evitar la escasez de componentes cruciales para las pruebas”, dijo el comisionado de la FDA, Stephen Hahn.
Los investigadores aprovecharon la concentración de la NBA en esta temporada en la llamada “Burbuja” de Walt Disney World, en Florida, para llevar a cabo sus estudios de forma anónima en jugadores, técnicos y otros trabajadores de los equipos.
Según EFE, “Yale pretende compartir el protocolo de SalivaDirect con los laboratorios interesados como un “código abierto”, lo que significa que, siempre que sigan las instrucciones de los científicos que desarrollaron el test y demuestren que tienen equipos básicos, podrán procesarlo”.
Julio Linares