Fair Wayne Bryant, de 62 años, fue condenado en 1997 por un cargo de intento de robo simple. Recibió cadena perpetua. Lleva veinte años en la cárcel y, lo peor no es eso, sino que la Corte Suprema de Louisiana acaba de confirmar la sentencia de cadena perpetua del hombre por intentar robar unas tijeras podadoras de setos.
El robo ocurrió hace más de 20 años. Desde entonces, Fair Wayne Bryant ha estado preso.
Su abogada, Peggy Sullivan, tenía la esperanza que esa condena fuese revocada. En su apelación ante el Tribunal del Segundo Circuito de Louisiana, escrita desde el año 2018, su abogada, manifestaba que Bryant, su defendido, no niega los cargos pero “sostiene que su cadena perpetua es dura y excesiva”.
Sin embargo, la semana pasada, la Corte Suprema del estado no estuvo de acuerdo con él ni con Sullivan, y cinco jueces decidieron mantener la cadena perpetua.
La sentencia está amparada por la Ley de infractores habituales. Es decir: Bryant era un reincidente de delitos, y esos fueron los que respaldaron la sentencia.
Bryant fue condenado en 1979 por intento de robo a mano armada; en 1987 por posesión de cosas robadas; intento de falsificación de un cheque por valor de $ 150 en 1989; y por simple robo de una vivienda habitada en 1992. Por todo eso cumplió sentencia. Pagó -como se dice- su deuda con la sociedad.
O al menos eso creía él; pero cuando fue arrestado en 1997 por el intento fallido de robar las tijeras de podar todo su pasado se le vino encima como un boomerang.
Justicia fallida
Expertos en leyes de los EE.UU. aseguran que la justicia allí no está diseñada de la manera correcta. El criterio de algunos es que lejos de la presunta inocencia, lo que sucede en la práctica es que una vez que caes dentro, el sistema está diseñado para que, si no tienes un buen abogado, no puedas salir. Aunque seas inocente. Los abogados son caros. Los buenos, más caros aún.
Lejos de ese criterio, hay un asunto interesante: el costo del cuidado de un preso.
La única jueza que estuvo en contra del resto de los jueces, Bernette Johnson, Juez Suprema de la Corte Suprema de Louisiana, dijo en su testimonio que el costo asociado con la sentencia de Bryant, ha sido, en sus 23 años en prisión, más de $ 500,000.
Eso es lo que le ha costado a los contribuyentes de Louisiana mantener en la cárcel a un hombre que intentó robarse unas tijeras.
A Johnson no le preocupa tanto eso como que el hombre, de 62 años de edad, bastante viejo ya para andar en robos, y con una cadena perpetua a cuestas, “pueda vivir otros veinte años en la cárcel”.
“Si vive otros 20 años, los contribuyentes de Louisiana habrán pagado casi un millón de dólares para castigar al Sr. Bryant por su esfuerzo fallido de robar las tijeras de podar”, escribió.
La jueza asegura que Bryant fue juzgado por leyes que “criminalizaron a los ciudadanos afroamericanos emancipados al introducir sentencias extremas por robo menor asociado con la pobreza”, escribió.
“La cadena perpetua de este hombre por un intento fallido de robar un juego de 3 podadoras de setos es tremendamente desproporcionada con el delito y no tiene ningún propósito penal legítimo”, agregó la jueza Johnson.
Johnson es la única mujer negra en el Tribunal Supremo de Louisiana. El resto de los jueces son hombres blancos.
por Ariel P.
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