Un granjero en Vermont, EE.UU., encontró una prótesis en un campo de soya de 110 acres luego de que el dueño de la misma casi que la diera por perdida, según informa
New England Cable News.
El granjero, de hecho, no se enteró ni en el momento que la perdió. ¿Cómo llegó la prótesis al campo de soya? Ahora te lo explicamos.
La prótesis pertenece a Chris Marckres, un hombre que perdió ambas piernas debido a complicaciones de la diabetes, pero que no por eso ha visto limitada su calidad de vida y de hacer las cosas que le gustan o que quisiera hacer. Una de ellas es saltar en paracaídas.
Eso hizo el pasado sábado. Saltó en paracaídas desde 10 mil pies de altura en West Addison, Vermont, y todo iba bien hasta que le tocó aterrizar. Fue ahí cuando se dio cuenta que le faltaba algo; o sea, una pierna. Mejor dicho: una de sus dos prótesis.
Tuvo que ingeniárselas con un solo pie, pero lo hizo. Sobre la pérdida de la prótesis dijo:”Nunca supe cuándo la perdí. Creo que mi adrenalina había subido tanto que no me di cuenta”.
“Estaba prestando atención a todo lo demás y solo lo disfrutaba”.
El problema vino después. La prótesis cuesta 20,000 dólares y Marckres imaginó que su compañía de seguros no pagaría para reemplazarla.
Imaginándose en una silla de ruedas, en lugar de caminar, Marckres tuvo una idea. Entró en Facebook y le pidió a los internautas de la ciudad que si encontraban una prótesis, su prótesis, se la hicieran llegar.
El que la encontró, un día después del anuncio, fue Joseph Marszalkowski, un agricultor de Vermont quien había visto la publicación online. Dice que la halló en un campo de soya de 110 acres y no es primera vez que en la familia se encuentran un objeto de algún paracaidista extraviado. Su hermano, una vez, encontró una billetera.
Al parecer las matas amortiguaron la caída de la prótesis, porque cuando Marckres fue a recogerla, aclaró que solo tenía un rasguño.
“Se la puso, y salió caminando”, explicó Marszalkowski.
“Estoy contento y estoy muy orgulloso de haber tenido la oportunidad de hacer lo correcto por este hombre”, dijo el granjero.
Marckres quiso recompensarlo por el hallazgo; a fin de cuentas le había “salvado” 20 mil dólares; el granjero se negó; pero Marckres insistió.
“Me hizo recibir una recompensa y no aceptaba un no por respuesta”, dijo Marszalkowski.
Finalmente aceptó el dinero, con el compromiso de usarlo para pagar clases de paracaidismo, siempre y cuando Marckres vaya con él.
Ya los dos están planeando saltar juntos en algún momento del otoño.
“Fue una cantidad bastante insignificante en comparación con lo que hizo por mí y literalmente tuve que discutir con él. Simplemente no hay palabras para agradecerle lo suficiente”, agregó Marckres.
por Ariel P.
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