Más de treinta balseros cubanos llegaron en plena madrugada de ayer jueves a Cayo Hueso en la Florida, y más que con los pies mojados, entraron con el agua a la cintura pero tocaron tierra, aunque su destino se desconoce por el momento.
Testigos del singular “desembarco” fue una joven pareja residente en los EE.UU., conformada por Junior Ramos y Katherine Molina, quienes a la postre terminaron grabando con su teléfono celular la llegada de los treinta balseros cubanos, y se llevaron también un recuerdo para todo su vida.
“Es algo que nos va a marcar de por vida”, confesó Katherine, quien además, junto a su novio, le dio el wellcome a tierras de libertad a los treinta cubanos de acuerdo al post publicado en Facebook por la periodista Maylin Legañoa, de Telemundo51
Entre los recién llegados había un bebé, con sus padres, quienes contaron que la travesía por mar les llevó un día y medio.
Todo ocurrió a las cuatro de la mañana. Katherine y Junior sintieron el ruido de un motor y poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad hasta que se dieron cuenta que era un bote lo que se les acercaba.
“Efectivamente nos dimos cuenta de que eran cubanos que venían de la isla en balsa”, dijo también Ramos.
Por supuesto, poner un pie en tierra, aun y cuando ahora esto no les garantice la posibilidad a los treinta cubanos de ser protegidos bajo la política de Pies Secos Pies Mojados, lograr un Parolee, y acogerse a la Ley de Ajuste Cubano al año y un día de permanecer en territorio norteamericano, solamente el hecho de “salir del mar” y tocar tierra firme, merecía el júbilo. El hecho de haber llegado al país hacia al que querían llegar y no haber perecido en medio del mar como tantos miles de cubanos, merecía las risas, los gritos y hasta el llanto por la felicidad.
De acuerdo con el Anuario publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI), en 2019 la cantidad de migrantes netos cubanos fue de 16 mil 794, inferior a los números de los años precedentes: 2017 (26 mil 194) y 2018 (21 mil 564).
por Roberto A.
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