Solo puedes apostar por uno para que defienda el campo corto en el juego de tu vida, ¿por quién te decides? ¿Pedro Jova o Luis Ulacia?
Llegan a la sección comparaciones beisboleras de hoy dos torpederos de lo mejor que ha pasado por Series Nacionales. Astutos y de buen desplazamiento en el diamante, ambos rompieron mitos en una posición eminentemente defensiva con su excelente bateo. ¿Pedro Jova o Luis Ulacia?
De características similares, lograron imponerse cada uno en su época y adueñarse de un puesto regular tanto en sus equipos provinciales como en la selección nacional durante algunos años.
Por su capacidad analítica, picardía, sapiencia y por tener el don del liderazgo, los dos fueron directores de equipos una vez terminadas sus carreras deportivas. Si tuvieras que escoger solo a uno para que defienda el campo corto en el juego de tu vida, ¿por quién te decides? ¿Pedro Jova o Luis Ulacia?
Pedro Jova
Con una mecánica de bateo perfecta, rapidez en sus piernas, buenas manos y habilidades para tocar la pelota y dirigirla por todas las bandas del terreno, Pedro Jova con solo 19 años irrumpió en Series Nacionales. Llamó la atención de todos, al punto de ser seleccionado Novato del año en la campaña de 1972 jugando para sus Azucareros de Villa Clara.
Impactó por su integralidad en la posición y en poco tiempo se convirtió en el torpedero más ofensivo que había pasado por los torneos domésticos.
En 17 temporadas promedió al bate 315, producto de mil 598 inatrapables en 5 mil 73 turnos oficiales en el cajón de bateo, incluidos 206 dobles, 50 triples y 32 jonrones; además de remolcar a 482 compañeros para el plato. A la defensa cometió 340 errores, en 6 mil 895 lances, para un promedio de 951.
Pocos peloteros en Cuba tienen el privilegio de conseguir tantos títulos de campeón en su carrera. “El maestro”, como muchos lo llamaban, logró cinco campeonatos como jugador entre Series Nacionales y Selectivas y tres más como director de la famosa “Maquinaria Naranja” en la década de los 90.
Aunque alcanzó varios lideratos durante sus años en activo, el más recordado fue en la Selectiva de 1978 cuando se llevó la corona de bateo con 372 de average, torneo en el que también fue el máximo productor de imparables con 92.
Con el equipo Cuba se mantuvo durante varios años y alcanzó medallas doradas como torpedero regular. En sus vitrinas, entre otras, ostenta las ganadas en cuatro Campeonatos Mundiales, tres Copas Intercontinentales, dos Juegos Panamericanos y unos Centroamericanos.
Luis Ulacia
Versátil, extremadamente pícaro en el terreno y con habilidades poco comunes para llegar a la primera almohadilla por cualquier vía, Ulacia se convirtió -desde que llegó a los campeonatos nacionales- en una pieza imprescindible para los equipos que defendió, y en un “dolor de cabeza” en el campo para sus rivales de turno.
Gran tocador de bolas, también podía sacar la esférica más allá de los límites del terreno y desempeñarse en diferentes posiciones, como lo hizo varias veces con la selección nacional al defender el bosque izquierdo por necesidades del equipo.
En 21 campañas, la mayoría de ellas como primer bate de los equipos camagüeyanos, promedió para 314, conectó 2183 hits y disparó 145 cuadrangulares con 682 remolques. Se estafó asimismo 355 bases, otra de sus habilidades innatas.
A la defensa tenía un gran sentido de colocación, muy buen desplazamiento y unas manos prodigiosas que le permitieron hacer un trabajo honorable como torpedero en la mayor parte de su carrera, demostrado en su promedio de fildeo de 961, producto de 288 marfiladas en 7 mil 386 lances.
Durante 15 años se mantuvo integrando las filas del equipo Cuba. Es doble campeón en los Juegos Olímpicos (Barcelona 1992 y Atlanta 1996), además de ganar el título en cuatro Campeonatos Mundiales, tres Juegos Panamericanos, dos Juegos Centroamericanos, varias Copas Intercontinentales, y la presea de plata en las Olimpiadas de Sidney 2000.
Roque Díaz
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