Ariel Ruiz Urquiola no cede. Hoy ya en su cuarto día de huelga en Ginebra
Desde el domingo último el científico y opositor cubano Ariel Ruiz Urquiola permanece en huelga de hambre, sed y medicamentos en Ginebra, Suiza. De inicio ubicó su protesta -a la espera de ser escuchado- en la plaza al lado de la sede de la oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (52 Rue des paquis 1201), pero luego los agentes del orden lo trasladaron a otro sitio.
Cubacomenta ha conversado con alguien que prefiere el anonimato, pero está muy cerca de Ariel Ruiz Urquiola. Nos asegura que está bien, dentro de lo que cabe, pero ya muy cansado. Quienes están pendientes de él comienzan a angustiarse en este cuarto día de huelga, aunque les conmueve enormemente su entereza y determinación.
Tras las fotos que han circulado de un funcionario de la ONU dialogando con él -salió de la oficina del Palacio Wilson en dos ocasiones, según precisa nuestra fuente-, sucedió otro encuentro pero esta vez con una abogada. Esta le habló de retomar su caso de detención arbitraria. Mas Ariel Ruiz Urquiola no cede. No es de esto de lo que se trata su actual reclamo y por el que lleva hoy cuatro días de huelga, en una Ginebra donde la temperatura es hoy de 32 grados Celsius.
Pareciera que la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y los funcionarios de esta organización quieren ganar tiempo, aunque sea incomprensible para muchos que no se oiga el testimonio de un cubano que ha denunciado que le fue inoculada una cepa del VIH, en los días que permaneció -estando preso- en las salas de Penados y de Cuidados Especiales del Hospital Abel Santamaría, en el municipio cabecera de la provincia Pinar del Río.
En la carta que circuló en redes sociales, y que dirigía Ruiz Urquiola a Michelle Bachelet, el activista cubano únicamente solicitaba “ser oído sin intermediarios en plenaria como víctima de crimen de lesa humanidad de tortura por parte de la dictadura cubana”. También quiere denunciar que a su hermana, Omara Ruiz Urquiola, le suministraron placebos en lugar de inmunoterapia y medicamentos reales, para la enfermedad que ella padece, un carcinoma ductal infiltrante bilateral de mamas.
El biólogo y activista tiene contra las cuerdas a Michelle Bachelet, alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y una vez más deja en evidencia los métodos que el gobierno cubano emplea para silenciar a las voces que disienten. Un hombre que sabe lo que quiere y no renuncia al derecho de ser escuchado. Alguien sin aspavientos, pero que enfrenta la injusticia con una serenidad que debe tener desconcertados a quienes han pretendido amordazarlo.
Ania Liste