El llamado “intendente hippie” de un pueblo argentino escogió una curiosa forma para intentar la recuperación de la economía de la comunidad, golpeada por los estragos del coronavirus en sus principales fuentes de ingreso.
El cultivo del cannabis con fines terapéuticos y de investigación científica fue autorizado por Pablo Riveros, líder político de la pequeña y hermosa Villa Ciudad Parque, localidad de la provincia de Córdoba en Argentina, un paradisíaco sitio con hermosos paisajes.
En una zona dependiente casi por completo del turismo, la pandemia llegó para desbalancear la complicada situación generada por el gobierno de Mauricio Macri, pues se había reportado ya una diminución del flujo de turistas.
Para enfrentar el golpe, el dirigente tuvo la idea de que “el cultivo de cannabis podría repuntar la economía del lugar”, por lo cual se permite esta actividad “entre sectores privados o asociativos, generando mano de obra”, cuenta RT en la historia publicada en su sitio web.
Además de que tener este destino, la otra condicionante impuesta en este paraíso natural que ha reportado pocos casos de coronavirus es que los interesados obtengan la autorización previa de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
Claro que el “intendente hippie”, como lo llaman los medios locales, enfoca el cultivo de la conocida planta con fines de aprovechar sus bondades terapéuticas, pues vive de cerca cómo su madre enferma con demencia senil recibe tratamiento con esta medicina alternativa.
De hecho, los especialistas médicos alaban su decisión, que podría proporcionar empleo a la numerosa mano de obra que, sin el turismo, sobrevivía de trabajos temporales.
Riveros aclara que el cultivo no tiene como objetivo el consumo recreativo de la marihuana, sino medicinal, porque mejora “la vida de pacientes con afecciones crónicas o incluso terminales”, además de conocerse que “personas con epilepsia han bajado considerablemente la cantidad de convulsiones”.
No obstante, no apoya la persecución a los consumidores porque la situación del cannabis debería tratarse en el Código Civil y Penal. “Si me piden un consejo, diría que hay que despenalizar el consumo de marihuana y permitir el autocultivo”, afirmó.
En Argentina se supo a principios de año que se preparaba una ley de cannabis sobre el uso recreativo, con la idea también de golpear el negocio del narcotráfico. La idea es despenalizar la tenencia y el autocultivo para uso adulto, explica una información del diario El Tiempo.
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La disputa alrededor del cannabis tiene que ver con esa doble naturaleza de ser una planta perjudicial y a la vez tener muchos usos terapéuticos, y las legislaciones se corresponden de acuerdo con el país, el fin de su consumo, e incluso, el lugar escogido para ello.
En muchas naciones se ha extendido su uso, precisamente, con fines medicinales, desde que Uruguay se volviera en 2013 el primer país del mundo en legalizar el mercado de marihuana.
En Estadso Unidos, 14 estados y territorios han legalizado las ventas de cannabis recreativo para adultos, mientras 33 estados lo han hecho para uso medicinal, entre los cuales, California fue el primero, en 1996, de acuerdo con la publicado por “National Conference of State Legislatures”.
Recientemente, RT publicaba otra historia que contaba el caso de un tratamiento experimental con cannabis con el propósito de ayudar a los bebés que corren riesgo de sufrir convulsiones y daños cerebrales.
Julio Linares